Los cristianos creen que Jesús es el salvador del mundo e hijo de Dios, los judíos no.
El apóstol San Pablo utilizó este razonamiento para argumentar que los paganos, aún si en sus falsas religiones había prácticas espirituales genuinas, no tenían excusa para no convertirse, puesto que "Desde la creación del mundo, la invisible naturaleza de Dios ―es decir, su poder eterno y divinidad― se han percibido claramente en las cosas que han sido hechas.
"[3] Aquello fue ejemplificado con lo relatado en Hechos de los Apóstoles sobre el Agnostos Theos (el Dios Desconocido en el panteón greco-romano), donde el Apóstol Pablo, tras ser invitado por la elite ateniense para predicar en el Areópago y explicarle sus enseñanzas a unos filósofos epicúreos y estoicos, declaró que los griegos estaban adorando, sin que ellos lo supieran, al Dios que iba a revelarles, donde es probable que los paganos se convirtieron por ver al Dios abrahámico como el Dios desconocido por excelencia (al no poder ser nombrado YHWH):[4] Estos razonamientos escolásticos y patrísticos también fueron invocados por los conquistadores españoles a la hora de evangelizar América y convencer a los indígenas de que había una remota posibilidad de que sus ancestros se hayan salvado del infierno por medio de una búsqueda inconsciente del Dios cristiano a través de la Filosofía y la Mística natural, donde nociones como Wiracocha (dios supremo y creador en la Religión incaica, del que se originó todo lo demás, incluido los otros dioses), libres de la superstición politeísta de las huacas, podían mostrar caminos ocultos hacia el verdadero Dios que tanto buscaban conocer, pero no podían por la ignorancia invencible (sin embargo, serían aciertos accidentales de verdad, no por causa de que la falsa religión sea buena, sino a pesar de que dicha religión sea mala y falsa).
Siendo así posible que reyes filósofos como Inca Pachacuti hubiesen obtenido pasos al conocimiento de Dios (semejante a su concepción cristiana) desde la “filosofía natural, y quisa estar en el cielo por ello sobre la base de las buenas obras, asintiendo a una fe inconsciente en el verdadero Dios.
El Papa Juan Pablo II, en su primera encíclica (Redemptor Hominis), enseño con base en dicho argumento Patrístico sobre las semillas del Verbo Divino: Y también profundizo con más claridad dicho argumento sobre la Verdad Perenne, encarnada en el Logos cristiano, en la encíclica Fides et Ratio:
El santo Sínodo... basado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación.
Cristo, en efecto, es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia.
Llegó a creer que Dios se ilumina a sí mismo en diferentes lugares, en diferentes momentos, en diferentes formas para mostrar el camino para alcanzar a Dios/Yo (asumiendo una postura no-dualista Advaita), por el que si las personas malinterpretan esas enseñanzas y van por el camino equivocado, es culpa de ellos, no de Dios, cuya existencia ya se intuye por naturaleza.
Dondequiera que miro, veo hombres discutiendo en nombre de la religión: hindúes, mahometanos, brahmos, vaisnavas y demás.
Pero nunca reflejan que Aquel que se llama Krishna también se llama Siva, y lleva el nombre de la Energía Primordial, Jesús y también Alá, el mismo Rama con mil nombres.