● Conclusión Fides et ratio fue la primera encíclica desde la Aeterni Patris de 1879 del Papa León XIII en abordar la relación entre fe y razón La encíclica postula que fe y razón no solo son compatibles, sino esenciales juntas.
En tales casos, se trata claramente de un "orgullo filosófico" que busca presentar su propia visión parcial e imperfecta como la lectura completa de toda la realidad ● Aunque la razón crea un "cuerpo sistemático de conocimiento", afirma el Papa, su integridad es ilusoria: Sin embargo, los resultados positivos alcanzados no deben ocultar el hecho de que la razón, en su preocupación unilateral por investigar la subjetividad humana, parece haber olvidado que los hombres y las mujeres están siempre llamados a orientar sus pasos hacia una verdad que los trasciende.
Incluso ciertas concepciones de la vida provenientes de Oriente delatan esta desconfianza, negando a la verdad su carácter exclusivo y asumiendo que la verdad se revela igualmente en diferentes doctrinas, aunque se contradigan entre sí.
En resumen, la esperanza de que la filosofía pueda dar respuestas definitivas a estas preguntas ha disminuido.
La síntesis ideada por san Agustín fue durante siglos la forma más exaltada de especulación filosófica y teológica conocida en Occidente.
Es tarea del Magisterio, en primer lugar, indicar qué presupuestos y conclusiones filosóficas son incompatibles con la verdad revelada, articulando así las exigencias que el punto de vista de la fe hace a la filosofía.
En suma, el Papa "hace este fuerte e insistente llamamiento" para que "la fe y la filosofía recuperen la unidad profunda que les permite estar en armonía con su naturaleza sin comprometer su autonomía mutua.