La filosofía perenne (en latín: philosophia perennis), llamada también perennialismo o sabiduría perenne, es una escuela de pensamiento en filosofía y espiritualidad que sostiene que la recurrencia de temas comunes en las religiones del mundo ilumina verdades universales sobre la naturaleza de la realidad, la humanidad, la ética y la conciencia.
Marsilio Ficino (1433-1499) trató de integrar el hermetismo con el pensamiento griego y cristiano,[1] discerniendo una prisca theologia que podría encontrarse en todas las épocas.
[3] Agostino Steuco (1497-1548) acuñó el término philosophia perennis[4]en el siglo XVI, en su libro titulado: De perenni philosophia libri X (1540), en el que la filosofía escolástica es vista como el pináculo de la sabiduría cristiana, a la cual todas las demás corrientes filosóficas apuntan de una manera u otra.
La expresión «filosofía perenne» también se ha usado como una traslación del concepto hindú de Sanatana Dharma, la "verdad o norma eterna e inmutable".
El erudito y escritor indio Ananda Coomaraswamy, asociado con el tradicionalismo, también escribió extensamente sobre este tema.
De acuerdo con Aldous Huxley, la filosofía perenne es la metafísica que reconoce una Realidad divina sub-stancial al mundo material, a la vida y a las mentes; la psicología que encuentra en el alma algo similar o, incluso, idéntico a esa Realidad divina; la ética que sitúa el objetivo final del hombre en el conocimiento de la Base inmanente y transcendente de todos los seres, lo que es inmemorial y universal.
Estudioso de la conciencia humana, ha establecido distintas graduaciones o niveles por las que un individuo o sociedad transita, fácilmente identificables por sus reacciones, actitudes y comportamientos.
Estos niveles se construyen por el trazado sucesivo de fronteras o divisiones ilusorias en la realidad.