[7] En algunos contextos, las diferencias con el metamorfismo de bajas presiones y temperatura pueden no estar claras, particularmente en el caso del hidrotermalismo.
Algunos minerales como el cuarzo y el circón son altamente resistentes a la alteración en condiciones climáticas normales.
Su composición es la de un granito en sentido amplio: cuarzo, micas, feldespatos, posiblemente anfíboles, piroxenos, granates.
Su friabilidad, más o menos grande, combinada con la alteración y la arenización que progresa hacia abajo a una velocidad que varía de 1 a 300 mm por 1000 años, explican la diferencia en los perfiles del paisaje.
También es muy limitada en entornos donde el agua líquida es escasa, como es el caso de la alta montaña o en las regiones en latitudes altas (climas polares).
La alteración es aún más importante ya que el agua puede penetrar profundamente en la roca.
En esas condiciones, la solubilización de la sílice es mucho mayor que en el medio templado.
Este importante empobrecimiento da lugar a la formación de arcillas pobres en sílice, como la caolinita (Si/Al = 1).
En condiciones más extremas (temperaturas y pluviometría muy elevadas), la lixiviación del silicio puede ser casi total, lo que entraña la formación de minerales que no contienen (o poco) silicio, pero son muy ricos en aluminio (no lixiviados).
Es común que el hierro presente inicialmente como impurezas en el granito se acumule en la bauxita.
Las rocas carbonatadas están representadas en la superficie de la Tierra, en particular por las calizas (CaCO3), y secundariamente por las dolomias ((Ca, Mg)CO3).
La dolomitización se refiere a las diversas maneras sugeridas en las que una roca sedimentaria, predominantemente calcita rica en calcio, como la piedra caliza, puede transformarse en roca dolomita rica en dolomita magnésica.