Regolito (del griego ῥῆγος rhēgos ‘manta [colorida]’ y λίθος líthos ‘piedra’)[1] es el término general usado para designar la capa de materiales no consolidados, alterados, como fragmentos de roca y granos minerales, que descansa sobre roca sólida inalterada.
La superficie lunar está cubierta por regolito, que puede definirse como aquella alfombra de restos formados por materiales poco compactos de fragmentos rocosos y suelo, todo ello cubriendo un fondo rocoso sólido.
[4] Parece ser que la profundidad media del regolito en las zonas de los mares lunares alcanza los cuatro o cinco metros, mientras que en las zonas correspondientes a las regiones montañosas puede llegar a alcanzar los diez o incluso más metros.
Está compuesto por basaltos, que son rocas lunares ígneas oscuras de grano muy fino, formadas básicamente por feldespato, plagioclasa y piroxenos, con o sin olivino y otros minerales, así como un uno o dos por ciento de material meteorítico procedente del espacio exterior.
Otro mineral localizado en la superficie lunar es la armalcolita, un óxido de titanio con hierro y magnesio que forma cristales opacos, denominada así en honor a los tres astronautas del Apolo 11 (Armstrong, Aldrin y Collins).