El término más general, utilizado para cualquier compuesto, es polimorfismo, aunque su uso suele restringirse a materiales sólidos como los cristales.
Otros elementos no mantienen alótropos distintos en diferentes fases físicas; por ejemplo, el fósforo tiene numerosos alótropos sólidos, que revierten todos a la misma forma P4 cuando se funden al estado líquido.
El cambio entre formas alotrópicas está provocado por las mismas fuerzas que afectan a otras estructuras, es decir, presión, luz y temperatura.
Como ejemplo de alótropos con diferente comportamiento químico, el ozono (O3) es un agente oxidante mucho más potente que el dioxígeno (O2).
Entre los elementos metálicos de origen natural (hasta U, sin Tc y Pm), 28 están en condiciones de ambiente de presión alotrópicos: Li, Be, Na, Ca, Sr, Ti, Mn, Fe, Co, Y, Zr, Sn, La, Ce, Pr, Nd, (Pm), Sm, Gd, Tb, Dy, Yb, Hf, Tl, Po, Th, Pa, U. Considerando sólo la tecnología pertinente, seis metales son alótropos: Entre las estructuras alotrópicas comunes tenemos las del azufre.
Es blando, frágil, ligero, desprende un olor característico a huevo podrido al combinarse con hidrógeno y arde con llama de color azul, desprendiendo dióxido de azufre.
En todos los estados (sólido, líquido y gaseoso) presenta formas alotrópicas cuyas relaciones no son completamente conocidas.
Sus estructuras Alotrópicas comunes son: En el punto normal de ebullición del elemento químico (444.60 °C u 832.28 °F) el Azufre gaseoso presenta un color amarillo naranja.
[11] Estos nanoalótropos podrían ayudar a crear dispositivos electrónicos ultrapequeños y encontrar otras aplicaciones industriales.