[1] Según Heródoto, su nombre proviene del griego κέραμος keramos, tierra cocida.
Las zonas del Kerameikos próximas a la orilla del río sufrían continuamente sus desbordamientos, por lo que fue convertido en un cementerio, que gradualmente llegó a ser el más importante de la antigua Atenas.
Dicha vía era recorrida por la procesión de las Panateneas, cuyos preparativos tenían lugar en el interior del Pompeion.
[4] En el siglo II se construyó un almacén en el emplazameinto del Pompeion, que fue destruido por los hérulos en su invasión de 267.
En 1872 las excavaciones habían proporcionado ya una enorme cantidad de materiales, y al año siguiente salió a la luz el Dípilon, lo que haría que en adelante, la ciudad de los muertos del Cerámico fuera también conocida como la necrópolis del Dípilon.
Fue un joven profesor alemán, A. Brückner, quien primero se dio cuenta de que procediendo sepultura a sepultura pasarían demasiados años antes de conseguir una visión comprensiva del conjunto, y por ello solicitó permiso para realizar pequeñas excavaciones exploratorias que permitieran delimitar el área.
Las tribus que habitaban en torno a la Acrópolis de Atenas y en las llanuras de Ática, en el siglo XII a. C. (época submicénica) decidieron enterrar a sus difuntos en este lugar, situado en el valle del río Erídano.
Poco más tarde adquirieron carácter monumental, alcanzando tamaños de hasta metro y medio.
[5] Hacia finales de este siglo aparecen las estelas, primero en piedra calcárea local (poros), más adelante en mármol.
Se destaca el casi completo Kourós de la Puerta Sacra circa 600 a. C..
[6] [7] A partir del siglo VI a. C. se construyeron monumentos fuenerarios más perennes, con mampostería de grandes piedras labradas y esculpidas, que constituyen túmulos amurallados.
Van desde el tipo de pilastra, con una especie de cornisa y decorada con figuras como la esfinge, totos, etc., hasta la losa con escenas esculpidas y rematada con algún elemento plástico arquitectónico o con una simple palmeta, u otros elementos vegetales, grecas, volutas, e incluso por estatuas o grupos escultóricos.
En ellas se representaban al difunto y familiares despidiéndose del mismo, en bajorrelieve o con la escena pintada.
Por otra parte, muchas de dichas tumbas fueron destruidas por los persas durante los dos asedios a los que sometieron a Atenas en el 480-479 a. C. Lo que pudo permanecer en pie fue aprovechado durante el gobierno de Temístocles como material para construir el recinto amurallado de la ciudad hacia el 479 a. C., según lo describe Tucídides.
[8] En el siglo VI a. C. se reguló mediante ley la limitación en la suntuosidad en la construcción de las tumbas privadas.