Luego continuó luchando en el frente de Salónica, por lo que recibió numerosas medallas[1] dirigiendo un pelotón tras la guerra incluyendo la Orden del Águila Blanca.
[5] En 1934 se le envió como agregado militar a Sofía, la capital del entonces Reino de Bulgaria.
[1] Considerado por sus superiores como un intelectual radical de ideas heterodoxas, se le conocía por sus críticas a los planes defensivos yugoslavos y mantenía malas relaciones con Nedić.
[1] Entre 1937 y 1939 desarrolló una serie de cargos menores en el Estado Mayor yugoslavo.
A comienzos del otoño las tropas de Mihailović habían crecido hasta los tres o cuatro mil hombres.
[9] Mihailović y su movimiento de resistencia optaron por una estrategia pasiva, evitando en principio los choques directos con las tropas de ocupación que podían desencadenar duras represalias contra la población civil y aniquilar su organización.
[8][11] En agosto creó una junta civil de asesoría para su movimiento, compuesta principalmente por ultranacionalistas serbios.
[10] Con escaso armamento, Mihailović acudió a los alemanes a través del general títere Milan Nedić para ofrecer sus tropas en las operaciones contra los partisanos y solicitar armas con este fin.
[16] Las fuerzas de este se retiraron a las montañas, donde fueron perseguidas por los alemanes hasta diciembre.
[18] El prestigio de este nombramiento permitió a Mihailović organizar unas guerrillas monárquicas conocidas como Chetniks, que atacaban a alemanes e italianos en las regiones montañosas de Serbia y Bosnia.
Mihailović y sus seguidores eran mayoritariamente adeptos al nacionalismo serbio y a la monarquía, por lo cual su movimiento no atraía a un gran número de croatas ni musulmanes bosnios, así como socialistas o republicanos.
No obstante, hubo un considerable número de chetniks eslovenos, entre cuyos miembros más destacados se encontraban los generales Jaka Avšič y Karl Novak.
Al mismo tiempo, los chetniks empezaron a ser eclipsados por un nuevo movimiento de resistencia, los Partisanos dirigidos por el líder comunista croata Josip Broz apodado Tito, y que integraban a combatientes de diversos orígenes étnicos sin mostrar lealtad alguna a la monarquía del rey Pedro II.
[24] En marzo, ya de camino a Montenegro, retomó el contacto por radio con los británicos.
Mihailović aceptaba los suministros italianos, pero se oponía a los acuerdos explícitos porque perjudicaban su posición dentro del bando Aliado.
[29] A fines de 1942 Mihailović y sus chetniks habían notado que su principal enemigo eran los partisanos de Tito, bajo fuerte influencia comunista, y que no compartían la causa del nacionalismo serbio.
Ante el temor por la creciente fuerza de los partisanos, Mijailovich cesó su lucha contra la Wehrmacht y ofreció su apoyo a los jefes militares alemanes e italianos para eliminar al movimiento partisano.
Los rumores empezaron a señalar que los Chetniks cometían crímenes de guerra, que no hostilizaban a alemanes ni italianos, y que estaban ejecutando una limpieza racial en Yugoslavia; finalmente los reportes de agentes británicos lanzados en paracaídas sobre Yugoslavia confirmaban que los Chetniks habían tomado como enemigo principal a los partisanos de Tito y no a las tropas del Eje.
Si bien en la última iniciativa tuvo grandes éxitos, ello no le sirvió para recobrar el apoyo de los Aliados, en tanto seguí manteniendo como prioridad la lucha contra los comunistas de Tito y no el combate contra los alemanes.
[30] Mihailović afirmó que, dada la actitud británica, la alianza táctica con los italianos les convenía más.
[30][31] Sus tropas, bajo el mando directo de Dobroslav Jevđević y Momčilo Đujić, habían cometido graves atrocidades contra la población croata y musulmana en Herzegovina durante su participación del lado del Eje en la Cuarta Ofensiva Antipartisana en Herzegovina, como venganza por las atrocidades ustachas.
[32] En marzo el Foreign Office estaba convencido de su colaboracionismo con los italianos y decidió establecer contacto directo con los partisanos.
[34] Diez días antes había ordenado a sus unidades expulsar a los partisanos de las zonas cercanas al Adriático, esperando un pronto desembarco británico-estadounidense en Dalmacia tras los desembarcos Aliados en Sicilia.
[37] No se realizaron a pesar de que Mihailović dio órdenes para ello.
[37] Su propuesta para tratar con los partisanos fue rechazada por los británicos que, para entonces, desconfiaban completamente de él.
[41] Ese mes hubo choques entre sus unidades y las fuerzas alemanas y búlgaras, pero se encontraron con la reanudación de la ofensiva partisana por pasar a Serbia que afectó a su retaguardia.
[43] Mihailović fue juzgado como traidor y criminal de guerra en junio,[43] siendo condenado a muerte en Belgrado.
Esta colaboración, denunciada por los partisanos y confirmada por los oficiales de enlace británicos, era conocida por el alto mando aliado durante la guerra.
[46] Mihailović contaba con la intervención Aliada para librarse del enemigo exterior y se concentró en tratar de eliminar al interior.