Participó en las Guerras de los Balcanes, lo que le supuso varias condecoraciones y medallas por su valía, siendo ascendido a teniente coronel en 1913.
[3] Durante la Primera Guerra Mundial, en 1915 fue ascendido a coronel, convirtiéndose en el más joven del Ejército serbio.
[3] Después de la guerra, siguió como comandante de varias brigadas, hasta su nombramiento como general de división en 1923; en 1927 se le destinó a mandar una división en Kosovo, mientras que al año siguiente pasó a mandar otra división en Liubliana.
[3] Entre 1934 y 1935, estuvo al mando del Real Ejército de Yugoslavia.
En 1937 se enfrentó al que más adelante sería comandante del Ejército yugoslavo y ministro de Defensa, Draža Mihajlović, que desaprobaba su gestión como ministro del Ejército y la Marina.
[14][4][8][15] Nedić impuso una serie de condiciones para aceptar el cargo que el representante alemán aceptó y que incluían la ampliación del territorio serbio a costa del croata en Bosnia, el aumento del poder de la nueva administración, la liberación de los prisioneros enfermos o ancianos o la formación de un pequeño Ejército serbio.
[12] Nedić estaba convencido de que Hitler había ganado la guerra, era el único adalid del anticomunismo y de que sólo la colaboración con él permitiría a Serbia sobrevivir en el nuevo orden europeo surgido de la contienda.
[18] Al tiempo que aceptaba la presidencia del Gobierno títere bajo ocupación militar alemana logró un acuerdo con el dirigente de algunas unidades chetniks, Kosta Pecanác, que respaldaron su gobierno en la lucha contra la insurgencia.
[20] Idealizaba en consecuencia al campesinado, que trató de atraer.
[22] Además del genocidio sufrido por los serbios, su política con las minorías y la oposición no fue amable.
La propaganda de su Estado financiado por Alemania promovió el antisemitismo y el anticomunismo, y buscó que los serbios vieran a estos grupos como sus enemigos.
La ocupación alemana no demostró ningún respeto por su autoridad durante la guerra, y su pueblo fue objeto de crueles masacres.
[13] Su gobierno contó con diversas fuerzas armadas bajo su control, nunca muy numerosas.
[28] A mediados de agosto, sin embargo, se reunió clandestinamente con Mihailović y alcanzó un acuerdo con él para abastecer a sus fuerzas, proveerlas de servicios médicos y coordinar las operaciones de las fuerzas gubernamentales y las chetniks contra los partisanos.
[31] Nedić únicamente había sido cedido como testigo y debía ser devuelto a los estadounidenses para ser juzgado por un tribunal aliado, pero el Gobierno de Tito decidió juzgarlo en Yugoslavia.
[2] En 2009, un antiguo oficial del ejército yugoslavo afirmó que él fue uno de los encargados de dar sepultura en secreto al cuerpo de Nedić, y que cuando él y otro compañero fueron a recogerlo al lugar donde les indicaron, se encontraba cubierto con una manta y presentaba signos de llevar varias horas muerto, con lo que las conjeturas sobre su suicidio volvieron a renacer.