Accedió a la política tras una exitosa carrera como editor periodístico, en 1900 al ser elegido senador en el estado de Ohio, del que fue vicegobernador entre 1904 y 1906.
[12] A finales de 1879, con catorce años, Harding ingresó en la alma mater paterna —el Ohio Central College, ubicado en Iberia— en el que destacó como alumno aplicado.
Él mismo pasó gran parte de su vida en Marion, una pequeña ciudad del Ohio rural, a la que su imagen pública quedó asociada.
Aunque algunas resultaron malas inversiones, en general le permitieron ganar dinero; cuando falleció en 1923, tenía un patrimonio de ochocientos cincuenta mil dólares.
[19] Hasta comienzos del siglo XXI, Harding ha sido el único presidente estadounidense que ha trabajado de periodista.
Desde entonces, fue la principal colaboradora de su marido en los aspectos empresariales del periódico, hasta que el matrimonio se mudó a Washington en 1915.
Tanto Foraker como Hanna lo apoyaron cuando se presentó al Senado estatal en 1899; fue elegido candidato del partido y obtuvo un escaño con facilidad.
[37] Aunque lo habitual por entonces era que los senadores de Ohio solo fungiesen un mandato, Harding volvió a presentarse al cargo en 1901.
Esto le permitió al candidato demócrata, el gobernador de Nueva Jersey Woodrow Wilson, vencer en las elecciones.
[51] El diputado Theodore Burton había sido elegido senador en lugar de Foraker en 1909, y anunció que se presentaría a la reelección en 1914.
[66] En agosto, se mostró favorable a conceder al presidente plenos poderes,[67] afirmando que la democracia no era un sistema adecuado para una contienda.
En Indiana, Harding acabó cuarto con menos del diez por ciento de los votos y se quedó sin delegados.
[88] A este se le tenía por un político conciliador, hábil y con gran intuición para aprehender los sentimientos de la población.
[96] En la novena votación, la mayoría de los delegados, 374, votaron por Harding; 249 lo hicieron por Wood y 121, por Lowden, mientras que Johnson se quedó con apenas 83.
Los delegados creían que el presidente estaba demasiado enfermo para completarlo, y preferían presentar a otro candidato.
Por su parte, Coolidge hizo una gira por el noreste antes de trasladarse al sur, pero sus intervenciones no tuvieron gran influencia en las elecciones.
Harding afirmó que el país no necesitaba un segundo Wilson, sino a un presidente cercano al hombre de la calle.
Lasker solicitó que se concediese un generoso subsidio a la marina mercante para facilitar las ventas y Harding abogó por ello en el Congreso, en vano.
[125] Tras la entrada en la guerra mundial en 1917, la demanda bélica había aumentado los beneficios de las empresas y reducido el paro, pero en 1920 la economía comenzó a entrar en crisis.
Pese a ello la ley no se aprobó hasta noviembre, y con niveles impositivos mayores de los que había sugerido Mellon.
[162][nota 7] La concesión suponía un desembolso añadido en un momento de recesión económica y el Gobierno abogaba por la limitación del gasto.
El laudo acabó con la huelga, pero no con la tensión entre los ferroviarios y los empresarios del ferrocarril, que perduró durante años.
El presidente, aunque afirmó que las diferencias raciales y sociales entre los dos grupos no tenían solución, reclamó igualdad de derechos políticos para los afroamericanos.
[199] El presidente afirmó: «les guste o no, salvo que nuestra democracia sea una falacia, deben defender la igualdad de trato».
Sutherland ingresó en el tribunal en 1922; luego lo hicieron otros dos jueces conservadores, Pierce Butler y Edward Terry Sanford, en 1923.
[137] Este veía toda intervención del presidente como una intrusión que recordaba a la actitud de su predecesor Wilson.
[137] Pese a la amplia ventaja de la que los republicanos gozaban en las Cámaras, Harding no pudo contar con un apoyo claro y automático para sus medidas en el Parlamento.
La comitiva presidencial tenía previsto regresar a Seward por la senda Richardson, pero el cansancio del presidente hizo que lo hiciese en tren.
La tarde del 2 de agosto el enfermo parecía en mejor estado y los médicos le permitieron incorporarse en la cama.
Se retiraron los cargos contra él y nunca fue condenado por delito alguno, pero su negativa a declarar en la investigación hundió su reputación.