Mientras que lengua franca casi siempre responde a una situación donde muchas personas de manera informal y por conveniencia adoptan una lengua para la comunicación aun cuando no exista una norma jurídica preferente que así lo indique.
Posteriormente se ha reinterpretado la expresión como sinónimo de "lengua libre", siendo utilizada en este sentido por primera vez en un tratado académico por el lingüista Hugo Schuchardt.
En el Mediterráneo oriental, durante una parte de la Antigüedad, se usó el griego koiné como lingua franca, si bien otras lenguas autóctonas continuaron siendo usadas en esos territorios.
A finales del siglo XIX cae definitivamente en desuso y es sustituida por el inglés en la marina, por la importancia que tenía el Imperio británico, aunque los diplomáticos de carrera prefirieron seguir usando el francés.
En los primeros Estados de Mesopotamia y Oriente Medio, aproximadamente entre los siglos XX a. C. y XV a. C., el acadio fue ampliamente usado en las relaciones diplomáticas, mientras que el sumerio fue estudiado por un período similar como lengua de cultura en ciertas áreas del conocimiento.
En el Lejano Oriente, el sánscrito fue una segunda lengua importante tanto en India como en el sudeste asiático e Indonesia.
El chino mandarín o el árabe actúan como lenguas francas en grandes zonas de este continente.
Y en Sudamérica, el quechua se expandió básicamente como segunda lengua de entendimiento en el imperio inca, ya que la lengua original de los primeros incas parece haber sido el puquina[cita requerida], que la conservaron en un contexto reducido para usar en la esfera pública el quechua clásico.
Igualmente, algunos países promueven el aprendizaje de sus lenguas nacionales en el extranjero, bien sea para promocionar su cultura y relaciones económicas (comercio, turismo, eventual migración laboral, etc.), o bien por las posibilidades y aficiones de las personas por aprender una nueva lengua.
Especialmente desde el siglo XIX se sintió la necesidad de una lengua internacional común no impuesta.
Otros ejemplos menos exitosos de lenguas artificiales son el volapük, la interlingua, el ido, etc.