[5] La vocación de von Liebig se manifestó ya en su adolescencia; fue expulsado del Gymnasium (instituto de educación secundaria) por detonar un explosivo con reactivos obtenidos del negocio paterno.
Recibió un pequeño estipendio, sin financiación para laboratorios ni acceso a las instalaciones.
Zimmermann se vio compitiendo sin éxito con Liebig por los estudiantes y los honorarios de sus clases.
La muerte de Zimmermann y del profesor Blumhof, que impartía clases de tecnología y minería, abrió el camino para que Liebig solicitara una cátedra completa.
Aunque Liebig era luterano y Jettchen católica, sus diferencias religiosas parecen haberse resuelto amistosamente educando a sus hijos en la religión luterana y a sus hijas como católicas.
[8]: 42–43 El instituto de Liebig se publicitó ampliamente en revistas farmacéuticas y abrió sus puertas en 1826.
Liebig podía trabajar allí con ocho o nueve estudiantes a la vez.
Su laboratorio se hizo famoso como institución modelo para la enseñanza de la química práctica.
[10] En 1833, Liebig logró convencer al canciller Justin von Linde para que incluyera el instituto dentro de la universidad.
[8]: 47 En 1839, obtuvo fondos del gobierno para construir un aulario y dos laboratorios independientes, diseñados por el arquitecto Paul Hofmann.
[8]: 50 El kaliapparat de Liebig simplificó la técnica del análisis orgánico cuantitativo y la convirtió en rutinaria.
[8]: 84 El propio Liebig atribuyó el dispositivo de condensación de vapor al farmacéutico alemán Johann Friedrich August Gottling, que había introducido mejoras en 1794 en un diseño descubierto independientemente por el químico alemán Christian Ehrenfried Weigel en 1771, por el científico francés, P. J. Poisonnier en 1779, y por el químico finlandés Johan Gadolin en 1791.
[8]: 136–139 Liebig mejoró el análisis orgánico y descubrió que las plantas se alimentan gracias al nitrógeno y al dióxido de carbono del aire (con la contribución de microbios que realizan las conversiones a compuestos del nitrógeno) y de los minerales del suelo.
También formuló la Ley del Mínimo, que indica que el desarrollo de una planta se ve limitado por el mineral esencial relativamente más escaso, visualizada como el barril de Liebig.
Asimismo llevó a cabo investigaciones importantes sobre el ácido úrico y el aceite de almendras amargas en colaboración con el químico alemán Friedrich Woehler.
Gracias a las gestiones del ingeniero Georg Giebert, sería fabricado por la Liebig Extract of Meat Company, con planta industrial en Fray Bentos, Uruguay y en la provincia de Entre Ríos, Argentina; con exportación a todo el mundo, especialmente Europa.