Fue reconocido como un pianista excepcional, aunque prefirió no aprovechar su habilidad y en raras ocasiones tocó en público.
Su matrimonio con Geneviève Halévy fue feliz de manera intermitente y fruto del cual tuvieron un hijo.
Zimmermann le dio a Bizet lecciones privadas de contrapunto y fuga, que continuaron hasta la muerte del anciano profesor en 1853.
[8] A través de estas clases, Bizet conoció al yerno de Zimmermann, el compositor Charles Gounod, quien se convertiría en una influencia duradera en el estilo musical del joven pupilo —aunque su relación a menudo se volvió tensa en los últimos años.
Bizet escribiría posteriormente a Marmontel: «En tus clases uno aprende algo más aparte de piano; uno se convierte en músico».
Según las condiciones del premio, recibiría una beca durante cinco años, debiendo pasar los primeros dos en Roma, el tercero en Alemania y los dos restantes en París.
[22] Bajo la dirección del pintor Jean-Victor Schnetz, la villa proporcionaba el ambiente perfecto para que Bizet y sus compañeros premiados pudieran esforzarse al máximo artísticamente.
[23] Bizet se desanimó hasta el punto de jurar que no escribiría más música religiosa.
Según las condiciones del premio, el primer envío de Bizet debía ser una misa, pero tras la experiencia con su Te Deum sentía aversión a escribir música religiosa.
No se ha encontrado ningún fragmento de esta y es probable que Bizet ni siquiera la empezara.
[27] Tras Don Procopio, Bizet acabó solo una obra más en Roma, el poema sinfónico Vasco da Gama.
Esto sirvió para reemplazar Carmen Saeculare como su segundo envío, y fue bien recibido por la Académie, aunque rápidamente olvidado después.
También visitó un asentamiento de convictos en Anzio; Bizet envió una entusiasta carta a Marmontel, narrando sus experiencias.
[33] Al final, envió tres obras orquestales: una obertura titulada La Chasse d'Ossian («La caza de Ossian»), un scherzo y una marcha fúnebre.
La opinión crítica fue en general hostil, aunque Berlioz la alabó, escribiendo que en efecto «le hace a M. Bizet el mayor honor».
[45] Cuando expiró la beca del Premio de Roma, Bizet pronto se encontró con que no podía sobrevivir solo con la composición musical.
[59] Aunque por el momento no hizo nada al respecto, Bizet siguió llevándose en términos amistosos con la familia Halévy.
[61] La pareja se comprometió, a pesar de que la familia Halévy al principio rechazaba la unión.
Aprovechó reutilizando partes de sus óperas moribundas Vasco da Gama e Iván IV, pero la futura producción en el Théâtre Lyrique no pudo materializarse debido a que finalmente la compañía de Carvalho quebró y Noé no se estrenaría hasta 1885.
[65] Más tarde, se trasladaron a Le Vésinet, donde permanecieron los dos meses que duró la Comuna, oyendo los disparos que resonaban en la lejanía mientras gradualmente las tropas del gobierno aplastaban el levantamiento: «Los cañones retumban con una violencia increíble», Bizet escribió a su suegra el 12 de mayo.
Parecía temporalmente que iba a recuperarse, pero en la madrugada del 3 de junio sufrió un segundo ataque fatal.
Una orquesta dirigida por Pasdeloup interpretó Patrie, y el organista improvisó una fantasía sobre temas de Carmen.
[111] Tras una actuación especial de Carmen en la Opéra-Comique esa misma noche, la prensa, que había condenado casi universalmente la pieza tres meses antes, ahora consideraba a Bizet como un genio.
Los críticos la encontraron mediocre, pero los comentaristas posteriores elogiaron la Sinfonía en do mayor del mismo año, comparando la obra de manera favorable con Mozart y Franz Schubert.
La Sinfonía Roma en la cual trabajó durante más de ocho años resulta mal parada si se la compara, según Dean, con su predecesora.
En este caso, Bizet evita los pasajes virtuosos que tienden a dominar sus obras para solista.
No obstante, el idioma familiar está intercalado por toques originales en los que emerge sin lugar a dudas la huella de Bizet.
[139][nota 11] Bizet no fundó ninguna escuela en particular, aunque Dean menciona a Emmanuel Chabrier y Maurice Ravel como compositores directamente influidos por él.
«El espectáculo de grandes obras inconclusas, ya sea porque Bizet tenía otras distracciones, o porque nadie le pidió que las escribiera, o debido a su muerte prematura, es infinitamente desalentador, sin embargo, el brillo y la individualidad de su mejor música es inconfundible.
Entre los ganadores del premio cabe citar a Tony Aubin, Jean-Michel Damase, Henri Dutilleux y Jean Martinon.