También escribió novelas, artículos, memorias panfletos y poesía, siendo un escritor muy prolífico.Es recordado por sus libretos para Ambroise Thomas (Mignon), Georges Bizet, Camille Saint-Saëns, Charles Gounod y Jules Massenet.El resultado fue la obra ligera, La princesse jaune, notable como la primera «japonerie» en la escena operística, ya que Japón sólo había sido muy recientemente abierto al comercio occidental y los primeros grabados en madera habían sido vistos en París solo dos años antes.Ambos trabajaron juntos en armonía durante años, y fue Saint-Saëns quien recomendó a Gallet como crítico musical, a pesar de que no era músico, para la «Nouvelle Revue».Otros dos libretos de ópera que quería adaptar Bizet, escritos con Edouard Blau, no llegaron a la escena a causa de la prematura muerte del músico en 1875 (La coupe du roi de Thulé (1869) y una obra en cinco actos, Don Rodrigue (1873).