Su primera obra fue el tímpano de la capilla del buen Pastor en Béziers.
La villa de Pézenas (Hérault) le encargó el monumento a Molière (1897).
Sus trabajos muestran una poderosa imaginación y una fuerte personalidad, así como unos conocimientos extensos.
Desde 1915 en adelante mostró una gran influencia como profesor, en la Académie Colarossi y como jefe instructor en la École des Beaux-Arts.
Entre sus alumnos estuvieron Alfred Janniot, Gleb W. Derujinsky, y el escultor americano Edward McCartan.