Charles Maurras

Su primera incursión relevante en asuntos políticos se produjo durante el Caso Dreyfus; en 1899 se unió a Acción Francesa, fundada el año anterior por Maurice Pujo y Henri Vaugeois.

Maurras se vio pronto influenciado por el movimiento y consiguió convertir a Pujo y Vaugeois al monarquismo, que se convirtió en la principal causa a defender por Acción Francesa.

Junto a Léon Daudet editó el periódico del movimiento, La Revue de l'Action française, que en 1908 se convirtió en un periódico diario bajo el nombre de L'Action Française.

Estallada la Segunda Guerra Mundial, en 1940 describió la ascensión del general Pétain al poder como una "sorpresa divina".

[cita requerida] El ideario político de Maurras se centraba en un intenso nacionalismo (que él mismo describió como "nacionalismo integral") y en la creencia de una sociedad ordenada y elitista.

Fue el principal referente e ideólogo de Action Française (Acción Francesa), un movimiento político que era monárquico, antisemita, antiparlamentarista y contrarrevolucionario.

Apoyó a la Iglesia católica ya que estaba íntimamente ligada a la historia de Francia y porque su estructura jerárquica y su élite clerical eran la imagen perfecta de su sociedad ideal.

En realidad, fue un defensor del catolicismo sin su cristianidad, suponiendo que esto fuera posible.

Numerosos escritores y políticos estaban inspirados en sus tesis, sin necesariamente decirlo.

En 1908, sus seguidores se reagruparon alrededor a un periódico que se llamaba Revue Critique des idéees et des livres que fue hasta 1914 rival de la NRF de André Gide.

Escribió Une opinion sur Charles Maurras ou Le Devoir des Catholiques donde criticó la democracia.

Lacan se encontró personalmente con Maurras y participó en reuniones de l'Action française.

En efecto, en 1924, de Gaulle le dedicó su obra La discorde chez l'Ennemi a Maurras testimoniando sus “respetuosos homenajes”.

En Gran Bretaña, Maurras fue admirado por varios escritores, filósofos, universitarios y directores de periódico, como Huntley Carter, T. S. Eliot o T. E. Hulme.

[16]​ Por su parte, en 1926 el papa Pío XI clasificó ciertos escritos de Maurras en la sección “obra prohibida” y condenó la lectura del periódico L'Action française.

Esta condena supuso un gran choque para los seguidores de Maurras; en Gran Bretaña, desvió del catolicismo a seguidores de la High Church y T. S. Eliot se convirtió al anglicanismo.

El pensamiento maurrasiano se hizo notar en España en autores e intelectuales como Azorín,[17]​ José María Salaverría,[18]​ Eugenio D'Ors,[19]​ Víctor Pradera,[20]​ Antonio Goicoechea,[20]​ o Álvaro Alcalá-Galiano,[21]​ y, asimismo, influyó también en movimientos políticos como el maurismo.

Maurras (izda.), junto a Maxime Réal del Sarte en 1923.
Fotografiado hacia 1925 por Frédéric Boissonnas .