También, en algunos lugares habitados, se habla de área de influencia para designar el espacio en que, por ejemplo, un comercio o servicio tiene influencia sobre localidades o zonas ajenas a su ubicación física principal.El invasor a cambio de estos privilegios, controlaba la defensa, la hacienda, las noticias y la ideología.Sin embargo, se puede determinar cuando se comparan dos empresas competidoras, por ejemplo, midiendo cuán lejos están los clientes de movilizarse entre ambas, cuánta es la frecuencia, etc. Alexander Hamilton, primer Secretario del Tesoro estadounidense, pretendía que Estados Unidos estableciera una esfera de influencia en Norteamérica.[2] Esta doctrina, denominada «Doctrina Monroe», se formalizó bajo el mandato del presidente James Monroe, quien afirmó que el Nuevo Mundo debía establecerse como una esfera de influencia, alejada de la invasión europea.El gobierno japonés gobernaba directamente los acontecimientos en Corea, Vietnam, Taiwán y partes de la China continental.La presunción de que las potencias occidentales y la Unión Soviética tenían derechos ilimitados en sus respectivas esferas comenzó a causar dificultades a medida que el territorio controlado por los nazis se reducía y las potencias aliadas liberaban sucesivamente otros estados.Mientras tanto, se consideraba que Estados Unidos tenía una esfera de influencia sobre Europa Occidental, Oceanía, Japón y Corea del Sur, entre otros lugares[cita requerida].Sin embargo, el nivel de control ejercido en estas esferas variaba y no era absoluto.Cuba, como otro ejemplo, adoptó a menudo posturas que la ponían en desacuerdo con su aliado soviético, incluyendo alianzas momentáneas con China, reorganizaciones económicas y apoyo a insurgencias en África y América sin la aprobación previa de la Unión Soviética[cita requerida].