El trío ha quedado bautizado en la imaginería cubana como "los tres Juanes".
En un relato que se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla, hecho bajo juramento eclesiástico "setenta y cinco años después del suceso", el esclavo negro Juan Moreno contó cómo ocurrieron los hechos.
La Historia se mezcla con la leyenda cuando, 75 años después de la aparición, el único testigo sobreviviente del "milagro", ya en plena senilidad, hizo una declaración jurada donde involucra en el relato de la milagrosa aparición al propio capitán Francisco Sánchez de Moya, quien había llevado la imagen a la isla.
El Papa Pío XI autorizó la coronación canónica de la sagrada imagen.
La leyenda católica dice que dos indios, Juan de Hoyos y Juan Moreno junto a un negrito criollo, fueron a buscar sal a la Bahía de Nipe donde vieron algo que flotaba en el mar, era una tabla sobre la que había una imagen de la Virgen tallada en madera que llevaba en el brazo izquierdo al niño Jesús y, en la mano derecha, una cruz de oro.
La Iglesia católica utilizó la imagen en cintas de raso para proteger a las parturientas en los embarazos.
Se dice que quienes las poseen tanto colocadas en vasos de agua, como en bolsillos o bolsos, poseen una especial protección contra los males, pues resultan metafóricos guardianes de un futuro noble en lo personal y familiar.
Su estructura central concluye en una cúpula, las naves laterales están rematadas por torres donde se enseñorean campanarios en un nivel más bajo.
Su primer santuario en 1906 se desplomó producto de las explosiones y excavaciones en las minas.
Los peregrinos se llevan consigo diminutas piedras de la mina, donde brillan las partículas de cobre y las conservan en sus casas en vasos de agua, bolsillos o bolsos, como protección contra los males o quizás como buena luz para el futuro personal y familiar.
Y puesta en su altar esta Divina Señora dicho indio Rodrigo de Hoyos cuidaba de encender la lámpara, yendo de noche a reformar dicha lámpara, no hallaba a esta Divina Señora en su altar, y dando voces dicho Rodrigo de Hoyos al Mayoral y demás personas que venían, hasta veintiuna las personas que estaban en dicho Hato de Barajagua, les decía que la Virgen Santísima no estaba en su altar.
Y al otro día por la mañana, volviendo a la casa, la hallaron en su altar, los vestidos mojados.
Dijo que son muchos los milagros que ha hecho y hace cada día esta Divina Señora, que hoy está en su Santa Casa como dos cuadras más al Oeste de donde se hizo la primera Casa sobre dicho cerro de la Mina, la cual se retiró por estar el terreno más capaz, porque en el de la primera Casa estaba muy inmediato a la mina y arriesgado.
Y en una ocasión fue tan grande la seca que hubo, que se secó el río que pasa por medio de este lugar, y la fuente que nunca se seca se secó aquella vez y pasaron mucho trabajo, yendo más de tres cuartos de legua a buscar el agua.
Siendo muchos los milagros que esta Divina Señora hace, siendo la manteca de su lámpara general remedio para todas las dolencias.
La imagen utilizada fue la conocida como “La Mambisa” que es custodiada en la Iglesia Santo Tomás apóstol (Santiago de Cuba), llamada así por haber sido venerada por los cubanos que lucharon contra el colonialismo español.
La imagen fue llevada en una camioneta acondicionada para tal efecto y conducida por José Armando García Fernández, al que se le conoció como “el chofer de la Virgen”.
[4] La imagen recorrió 29978 kilómetros a lo largo y ancho de todo el archipiélago nacional, visitando pueblos, caseríos, ciudades, escuelas, hospitales, unidades militares, prisiones, hogares maternos, capillas, conventos, etc.
Siendo presidida la Eucaristía por Monseñor Juan de Dios Hernández en el parque central.
La imagen estuvo hasta el día 20 en la Isla, durante el primer día se celebró la Santa Misa en la plaza de Nueva Gerona, principal localidad del lugar.
La imagen continuó su recorrido por toda la parte sur de la Arquidiócesis Habanera.
En el periódico “El artemiseño” semanario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba se anunció la llegada de la imagen a la zona.
[7] El día 3 partió hacia la parroquia de Artemisa donde estuvo dos días.
En el Valle de Luis Lazo la imagen fue llevada, incluso, a casa de un laico católico que no pudo ir hasta la iglesia parroquial por lo que se decidió llevar la imagen hasta su propia casa.
La Misa fue concelebrada por el obispo de Pinar del Río, Mons.
La celebración fue anunciada por Monseñor Serpa en la emisora local Radio Guamá, así como por el periódico Guerrillero, órgano provincial del PCC.
Ese mismo día la imagen visitó la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
El Cardenal acompañó la procesión hasta la entrada del templo desde donde dirigió unas palabras a los presentes.
La imagen permaneció en esta comunidad hasta el día siguiente, siendo visitada por más de 10 mil personas.
[14] Alicia Alonso pidió tocar la imagen y poder palpar su rostro.