Junta de Fe
Las Juntas de Fe pudieron funcionar gracias a la complicidad de las autoridades civiles locales pues no tenían ningún respaldo legal e intentaron asemejarse en lo posible a la Inquisición.Las Juntas de Fe diocesanas surgieron en 1824 por iniciativa de algunos canónigos y obispos para que ejercieran los cometidos asignados a la Inquisición española que no había sido restablecida por Fernando VII.Fue el caso del canónigo Pere Avellà que gobernó la diócesis de Barcelona mientras careció de obispo y que según algunos testimonios organizó «su inquisición» por lo que sería denunciado al rey por los militares franceses acantonados en la ciudad.Fue el último condenado en España por el llamado delito de herejía (el último relajado por la Inquisición había sido una mujer, María de los Dolores López, estrangulada a garrote vil y quemado después su cadáver en la hoguera en 1781 en Sevilla).como Protector de la Iglesia quiere no se traspasen y por las leyes que como Soberano debe hacer se ejecuten, sin permitir en sus dominios novedades y singularidades que podrían alterar la tranquilidad de sus vasallos».