Ante este panorama, el capitán de la goleta Sarandí, José María Pinedo, no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres y retornar al continente.Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron su pabellón y arriaron el que había dejado Pinedo, tomando posesión de las Malvinas e ignorando que las islas habían pertenecido al Reino de España con anterioridad.La Marina Real británica construyó una base naval en Puerto Stanley y las islas se convirtieron en un punto estratégico para la navegación por el cabo de Hornos.Durante la Primera Guerra Mundial, las islas fueron escenario de la una importante batalla naval, con una victoria británica sobre la flota imperial alemana.Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad sirvió como una estación para los buques que participaron en la batalla del Río de la Plata.Al crearse el Territorio Antártico Británico en 1962, las Dependencias de las Islas Malvinas quedaron reducidas a las Georgias del Sur y Sandwich del Sur, hasta que en 1985 se agruparon en el Territorio británico de ultramar de las islas Georgias y Sandwich del Sur, cuyo gobierno está basado en Puerto Argentino/Stanley, en donde el gobernador colonial británico de esas islas es, a la vez, comisionado de las Georgias del Sur y Sandwich del Sur, representando al rey británica.En 1985, fue promulgada una nueva Constitución, que dio mayor nivel de autonomía a los isleños.[6] La República Argentina no reconoce la soberanía británica sobre las Malvinas, a las que considera una «parte integral e indivisible de su territorio que se halla ocupada ilegalmente por una potencia invasora».El Reino Unido ha manifestado que en cualquier negociación que se lleve adelante por la soberanía de las Malvinas deben incluirse los deseos de los isleños, a quienes les reconoce el derecho a la autodeterminación.[11] No obstante, la Argentina rechaza esta determinación y utiliza como argumento las resoluciones de las Naciones Unidas relativas a la descolonización.Por ello, no reconoce a los isleños como un pueblo colonizado, sino como un pueblo trasplantado artificialmente a las islas por los colonizadores británicos y, en tal sentido, ofrece tener en cuenta los «intereses» de los isleños pero no sus «deseos».Cada año, la Asamblea Legislativa elige a tres de sus miembros para el Consejo Ejecutivo.El Consejo también cuenta con dos miembros ex officio (el jefe del Ejecutivo y el director de Finanzas).Tanto el comandante en jefe de las Fuerzas Británicas en las Islas Malvinas como el fiscal general pueden asistir a las reuniones y comentar sobre cualquier tema, pero no se les permite votar.Las reuniones se celebran una vez al mes, aunque pueden ocurrir en cualquier momento.Las elecciones generales deben tener lugar al menos una vez cada cuatro años, en las que los isleños elegirán a ocho miembros de la Asamblea Legislativa (cinco de Stanley y tres del Camp).En este sentido, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó al gobierno británico de poner en riesgo la seguridad global y le pidió al primer ministro conservador David Cameron que le diera «una oportunidad a la paz», desmilitarizando la zona.[29] La temporada alta de turismo es durante los meses de octubre y hasta principios de abril, los turistas arriban por vía marítima, ya sea en cruceros turísticos o embarcaciones a vela.También se realizan excursiones a las bahías cercanas y el Cabo San Felipe, donde se avistan pingüinos.La principal denominación no protestante son los católicos que en las Islas Malvinas suponen el 10% de la población total.Fuera de Stanley, la Eucaristía se celebra en la base RAF Mount Pleasant.Los enfrentamientos entre las islas y los países sudamericanos son escasos, el único enfrentamiento entre las Islas Malvinas y Argentina fue por fuera del fútbol, en la Copa Latinoamericana de hockey sobre hielo de 2019, certamen que Argentina amenazó con boicotear y, tras numerosos reclamos, el representativo del archipiélago debió competir sin denominarse como Islas Malvinas o Islas Falkland (participando como "Stanley"), sin tocar el himno británico o llevar algún símbolo británico en sus uniformes.