Terapia de grupo

Durante la Edad Media, con el fin de ayudar a los enfermos mentales, numerosos monasterios sirvieron como asilo.

Los asistentes que cumplían mejor el régimen propuesto eran promovidos a las primeras filas del aula, según una situación de escalafón o estatus claramente establecido.

Esta rudimentaria terapia, que E. J. Anthony (1972) califica de “psicológicamente ingenua”, utiliza, en forma sistemática y deliberada, las emociones surgidas en el grupo.

No interpretaba las resistencias, sino desviaba la atención de ellas a otros temas y tomaba en consideración ciertos factores sociológicos (interacción grupal).

En estos métodos, el terapeuta es una figura central, de gran autoridad y prestigio, lo que fomenta la dependencia.

A., cuya membrecía varía de tres a cincuenta o más miembros, se estimula la solidaridad, humildad y colaboración entre los integrantes.

Wolf y Emanuel Schwartz (1962) abogaban además por una controvertida innovación a base de sesiones alternas sin la presencia del terapeuta.

Por otra parte, Jacob Levy Moreno (1889-1974) nació en Bucarest y se trasladó a Viena donde estudió medicina.

Fundó un hospital psiquiátrico en Beacon, N. Y.; dos institutos de formación y en 1942 la American Society for Group Psychotherapy and Psicodrama.

Tras la muerte de Moreno en 1974, su esposa y heredera profesional lo describió como «un líder disidente, solitario, narcisista, carismático pero excéntrico, antipático pero atractivo».

Resulta lamentable que aun siendo figura de talla internacional cuyas obras se han publicado en muchas lenguas, con seguidores en todo el mundo, todavía tiene poco crédito y reconocimiento» (Fine 1979).

Por otro lado, dicha asociación fue elemento impulsor para la constitución en 1974 de la democrática Internacional Association of Group Psychotherapy (Scheidlinger.

Los aspectos grupales (liderazgo, redes de comunicación, características del grupo, cohesión, interdependencia, competencia y cooperación) influyen sobre el individuo.

Nombres tan bien conocidos como S.h.Foulkes, wilfred r. Bion o Ezriel, todos ellos ingleses, reniegan en cierto modo de sus orígenes psicoanalíticos.

En ese sentido, las dos principales asociaciones de terapeutas de grupo, la American Group Psychotherapy Association, fundada por S. R. Slavson, y la American Society of Group Psychootherapy and Psychodrama, creada por J. L Moreno, vieron la luz durante la Segunda Guerra Mundial y experimentaron su primer estirón en la siguiente década.

Entre los líderes americanos cabe citar a Samuel Hadden, Alexander Wolf, Irving Berger, Donald Shaskan y Eric Berne.

Para unos simplemente porque, muy comprensiblemente, encuentran más obvio que se le reconozca autonomía e individualidad a una entidad con base tan física como es la del ser humano.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la Cruz Roja de los Estados Unidos instituyó terapia grupal para los veteranos.

Si bien es verdad que al ser retomada en Estados Unidos por autores como Rollo May o Carl Rogers bien podría llamarse corriente humanista.

El objetivo no es ya analizar los mecanismos inconscientes en una situación de transferencia múltiple, ni conducir los procesos grupales.

Lawrence Kubie cuestionaba en 1958 si la terapia de grupo, por sí sola, podía engendrar insights tan profundos y producir cambios tan a largo plazo como los que a veces se logran dentro del espectro de terapia psicoanalítica individual.

La transferencia (múltiple en este caso), hace que toda relación contenga rasgos infantiles, como gran dependencia, necesidad de ser guiado, desconfianza irracional.

Estar en un grupo siempre es ver cómo se despiertan en nosotros las viejas tensiones entre la rebeldía y el sometimiento frente al depositario de la autoridad.

El grupo en la edad adulta, como lo fue la familia en los primeros años de la vida, facilita medios inapreciables para la madurez.

Los terapeutas individuales (no conductuales) se ven casi siempre voluntariamente maniatados, cuando intentan proporcionar a sus pacientes datos que les supongan un aprendizaje.

Es decir, a simbolizar adecuadamente un conocimiento penetrando todo su sentido, de forma emocional y lúcida al mismo tiempo.

La droga, la carretera, la vida sin estructura, se convirtieron en tópicos y a la vez en símbolos de una búsqueda.

En la particular asociación libre que se da en el grupo, alcanzan paradójicamente una nueva facilidad de verbalización aquellos "secretos" tenidos por innombrables.

Cuando se está mal, es creencia común, ayudar es la única salida para romper el círculo infernal de la enfermedad.

Las publicaciones que encontramos en los últimos años ofrecen modalidades de muy diversos tipos para la terapia en situación grupal.

Drama Griego.