El término humildad (deriva del latín hŭmĭlĭtas,[1] ātis, f. humilis,[2]) Hace referencia a la tierra —humus— a su proximidad tanto en un sentido físico como metafórico.
Por ejemplo, un campesino está más próximo a la tierra que un aristócrata.
Del mismo modo, la humildad es opuesta a la soberbia.
Una persona humilde no es pretenciosa, muy interesada, tampoco egoísta como lo es una persona soberbia, quien se siente autosuficiente y generalmente hace las cosas por conveniencia.
Santa Teresa de Jesús define la verdadera humildad como "andar en verdad".