Bender comenzó a interesarse en el desarrollo de trastornos del lenguaje y problemas de aprendizaje y sus causas, cuando estaba en tercer grado, en torno a la edad de ocho años, debido a que su escritura era pobre y su lectura lenta, fue examinada por las autoridades escolares puesto que presentaba dificultades y trataron de obligarla a regresar a segundo grado.
El test gestáltico visomotor de Bender se utiliza para evaluar la función guestáltica visomotora, tanto en niños como en adultos.
En los adultos permite detectar lesión cerebral y dificultades perceptuales o visomotoras.
En niños y adultos se pueden evaluar algunos aspectos emocionales, su administración consta entregarle al sujeto 9 hojas en blanco de tamaño carta con un lápiz oscuro, adicionalmente se le presenta en forma sucesiva una colección de 9 figuras geométricas para que las reproduzca teniendo el modelo a la vista.
Bender encontró que la mayoría de los niños, a los once años, son capaces de copiar las nueve figuras sin errores.