[11] Paul Jaray trabajó por primera vez en Luftschiffbau Zeppelin (LZ), donde adquirió experiencia en el diseño aerodinámico de aeronaves.
En cambio, construyó dos prototipos para un concepto designado como Tatra V570, que se ajustaba más a sus principios de racionalización aerodinámica, con un perfil que recordaba a la forma de un escarabajo.
Una consecuencia es que el diseño mecánico es mucho menos obvio para el observador, con el gran motor con forma de caja que da pocas pistas inmediatas sobre su configuración en V, a diferencia de su sucesor, el T87.
Ese mismo año se presentó el T77 en el salón del automóvil de París, donde se convirtió en el centro de atención no solo por su atípico diseño, sino también por sus prestaciones.
El director Maurice Elvey estaba tan asombrado por el aspecto del automóvil, que usó el T77 en su película de ciencia ficción El Túnel Transatlántico.
Hubo numerosas razones por las que los diseñadores de Tatra adoptaron un enfoque tan revolucionario para la concepción del nuevo automóvil: en primer lugar, su objetivo era reducir el arrastre, principalmente la resistencia al aire, que aumenta con el cuadrado de la velocidad.
Eso llevó a poner el motor en la parte trasera del automóvil, directamente sobre el eje motriz.
Como los diseñadores querían reducir la resistencia a la rodadura, hicieron todo lo posible para producir un motor lo más ligero posible: un V8 refrigerado por aire con un cárter de elektron, una aleación de magnesio.
El parachoques delantero cubría unos guardabarros redondeados, mientras que la mitad inferior de los faros estaba alojada en el capó.
El frontal tenía ahora tres faros, de los que el foco central no estaba, como se ha sugerido, vinculado a la dirección en algunos modelos.
Este es un valor increíblemente bajo incluso para los automóviles de hoy: solo unos pocos prototipos modernos pueden lograr esta cifra.
Sin embargo, algunas fuentes afirman que esta cifra se basó en una prueba con un modelo a escala 1:5.
Algunos coches tenían una mampara de cristal entre los asientos delanteros y traseros.
Una característica inusual en algunos de los modelos T77 era la posición central para el volante en el tablero.
Este coche disponía del motor más potente, el utilizado en el Tatra 87 posterior.