[1] Aunque hoy en día entendemos el término italiano sonata como una manera de organizar la música según una tradición que parte del siglo XVIII con la época galante y los primeros compositores pre-clásicos, surgió ciento cincuenta años antes, a finales del Renacimiento, y proliferó durante la era Barroca; en aquel entonces era un comodín para referirse a la música instrumental en general (en oposición al término cantata), sin especificar una manera de organizar el discurso de forma estricta.Ya en esta época, dentro del género, encontrábamos de forma indistinta obras para un único instrumento, dúos o tríos.La terminología, en ocasiones, es confusa y los dos géneros se fueron acercando hasta ser prácticamente iguales.Para el compositor italiano la sonata da camera hacía referencia a una colección de danzas binarias idealizadas, precedidas por un movimiento introductorio e intercalando movimientos de tempo lento.Antes de Corelli, los compositores ingleses, franceses y alemanes que hacían aproximaciones al género prefirieron utilizar el término "suite".Una sonata a trío habitualmente está escrita para dos voces melódicas con un bajo continuo.De hecho, como en muchas otras obras de la época Barroca, pueden ser interpretadas por cualquier instrumento melódico al que se puedan adaptar las exigencias técnicas requeridas (tesitura, idiomática, etc.) o que la creatividad y habilidad del intérprete le permitan enfrentarse a la escritura.Además, muchas sonata a trío, principalmente las precursoras del género en el siglo XVII italiano, simplemente indicaban la tesitura de la parte (soprano o bajo) y en este sentido daban libertad total a la hora de que el intérprete eligiera con qué instrumentos interpretar la sonata (sujetos al gusto o la disponibilidad del ejecutante).Bach y Sonata para Viola da Gamba en Sol Mayor, BWV 1027 de J.S.Pero en casos anteriores, de mitad del siglo XVII, algunos autores no doblaban la línea del bajo ni la armonizaban (por ejemplo: Frescobaldi, Salamone Rossi o Giovanni Battista Buonamente, que si querían el bajo continuo realizado añadían la parte correspondiente).En estos casos vemos que la obra puede ser interpretada por 3 personas, y no 4.[6] Al fin y al cabo, como ya hemos explicado, la instrumentación estaba muy sujeta a los medios de los que disponían los intérpretes y se recurría a aquellos conjuntos que resultaban más prácticos a la hora de interpretar la pieza en condiciones, ya fuera con plantillas más pequeñas o más grandes, con unos instrumentos o con otros.El mismo autor en su edición de 1722 y de 1724 (respectivamente) nos indica que podemos interpretar estas obras únicamente en un clavecín u orquestarlas con un violín, una fluata, un oboe, una viola, un fagot (y un clavecín haciendo el continuo), a gusto del intérprete.Hasta finales del siglo XVIII no se establece una clara distinción entre lo que es música de cámara y música orquestal y no es hasta el 1750 (con la formación de la orquesta de Manheim) que se empieza a establecer lo que hoy en día conocemos como la institución orquestal.Cabe recordar que las intenciones del compositor en esta época solían ser bastante flexibles y no existían estándares (ni siquiera para la fabricación de los instrumentos).[13] En cualquier caso, la instrumentación requerida para interpretar estas piezas no siempre es cerrada y es bueno documentarse si se quiere realizar una buena interpretación historicista (sin caer en el dogma de que un sonata a trío es igual a 4 instrumentistas), y bajo estos criterios dejarnos llevar por nuestra creatividad.Vemos así, que en tiempos de Quantz, en la segunda mitad del siglo XVIII, la sonata a trío ya tenía una estética bien definida y se había convertido en un lenguaje internacional conocido por toda Europa, ya que la gran mayoría de composiciones siguen estas indicaciones recogidas por el flautista alemán para situar aquello que era considerado de buen gusto en la época.Conocer las reglas de la realización del bajo continuo no es suficiente para ejecutar un buen acompañamiento.Advierte que el continuista tendrá mucha influencia en el estado de los intérpretes que ejecutan las partes concertantes: ayudándoles a tocar sin esfuerzo y tranquilos o desanimándolos y quitándoles la confianza.El único momento en el que una voz deberá tocar por debajo de la otra en volumen, será en los pasajes en los que las notas de la voz únicamente sirven para llenar la armonía.En los pasajes que las voces siguen un movimiento paralelo de terceras o de sextas, no se debería ornamentar demasiado, a no ser que se haya acordado antes entre todos los instrumentistas.Algunas indicaciones, como las referidas a los instrumentos del continuo son corroboradas por otros autores en sus escritos (C.P.E.Bach, Heinichen), pero otras, como las referentes a la ornamentación generan opiniones más variadas.