Tras la victoria en la batalla naval de Malta en 1283, Roger de Lauria provocó a los angevinos atacando la costa calabresa, Nápoles y Posilipo.
De 1282 a 1285 el conflicto entre las dos coronas se trasladó a Cataluña, donde la cruzada contra la Corona de Aragón fue humillantemente derrotada en la batalla del Collado de las Panizas y la batalla naval de las Hormigas.
Honorio IV presionó a los angevinos para que reanudaran el asalto a Sicilia, que reunieron 40 galeras en Brindisi y 43 más en Sorrento.
Los dos escuadras se encontraron pocas semanas después en la batalla de los condes, en la que nuevamente Roger de Lauria venció y capturó numerosas galeras angevinas.
La muerte de Alfonso el Franco en 1291 dio origen, cuatro años más tarde, a un nuevo gran conflicto entre la Corona de Aragón y el Reino de Sicilia, pues Jaime II el Justo fue proclamado conde rey de la Corona de Aragón y delegó el reino de Sicilia en su hermano pequeño.