Laozi en el siglo VI a. C. hace la distinción entre ser y no-ser.
Esta distinción se observó principalmente en el contexto académico.
Considerando los distintos puntos filosóficos, se puede observar cómo Aristóteles establece la base en el propio conocimiento, que al ser expresado, se organizan por predicados que se divulgan desde un sujeto con su significado propio como concepto por intuición de lo real, como un atributo del sujeto de la oración.
Otras ideas entienden esto como que el ser se predica por analogía, siendo su predicación propia lo que le corresponde a la sustancia primera que únicamente puede realizar la función de sujeto de la oración y, secundariamente por analogía puede predicarse a los accidentes.
Sustancia y accidentes constituyen los contenidos que se pueden predicar del ser, según las categorías.
El término «olvido del ser» es usado por este filósofo para explicar que, en la historia de la metafísica posterior a Aristóteles, ser y entidad se confundieron, pues se los tomaba como sinónimos, por lo que, en efecto, el ser se olvidó.
Así pues, nunca se lo estudió correctamente, lo cual llevó a equívocos.