San Jerónimo penitente

San Jerónimo penitente es un tema artístico relativamente frecuente en el arte cristiano.La escena se suele aprovechar para demostrar la capacidad del pintor para el paisaje y la anatomía, representando a San Jerónimo parcialmente desnudo, con el ropaje desordenado, habitualmente en el trance de lastimarse a sí mismo con una piedra.Cuando no es así, se le representa en posición orante (arrodillado) o en otra que exprese las penitencias y meditaciones a que se entregó mientras llevaba vida de anacoreta retirado en el desierto.Entre los elementos iconográficos que permiten la identificación del santo están el crucifijo y la calavera (indicativos de su condición ascética y el asunto de sus meditaciones -entronca con el tema Vanitas-), el león (al que habría librado de una espina en su pata, según la Leyenda Áurea -posiblemente se trata de una confusión de Jacopo da Vorágine, atribuyendo a Jerónimo lo que se decía de San Gerásimo-),[1]​ las vestiduras eclesiásticas de color rojo, incluyendo el tocado (por su condición cardenalicia) y un libro (La Vulgata o traducción latina de la Biblia, que fue obra suya).Entre los maestros que lo han representado están, en la pintura bizantina (Escuela cretense) Angelos Bizamanos; en el Quattrocento italiano Antonello da Messina, Mantegna, Piero della Francesca, Filippo Lippi, Mantegna, Piero della Francesca, Cosimo Tura o Pinturicchio; otros maestros del Renacimiento pleno y el Manierismo como Leonardo da Vinci, Alberto Durero, Tiziano (en varias ocasiones),[12]​ Cima da Conegliano (múltiples versiones), Lorenzo Lotto,[13]​ Vincenzo Foppa[14]​ o El Greco; y del Barroco como Caravaggio, José de Ribera (en varias ocasiones),[18]​ Murillo (en varias ocasiones)[19]​ o Alonso Cano (varias versiones),[20]​ etc.[21]​