San Jerónimo en su gabinete (Durero)

Desde 1510 Durero se dedicó más a producir grabados que a pintar, en parte debido a razones comerciales: aunque las pinturas se pagaban más caras que los grabados, estos se estampaban en múltiples ejemplares que permitían una distribución rápida y proporcionaban ingresos regulares.Como otros grabados del artista, esta imagen se caracteriza por una multiplicidad de símbolos iconográficos.Si se traza una línea imaginaria desde la cabeza de Jerónimo hasta la cruz, la mirada del espectador se dirige hasta una calavera cerca de la ventana, dos objetos asociados entre sí y que se relacionan con estos dos temas: la resurrección y la muerte.Para el espectador queda abierta la cuestión de si finalmente ganará la muerte o la vida.Más aún, Jerónimo se parece a un autorretrato de da Vinci.
San Jerónimo en su gabinete (ejemplar conservado en Berlín).