En cambio, El Bosco lo sitúa en un paisaje, como hizo Leonardo en su San Jerónimo, también datado hacia 1480.
A la derecha del santo hay un árbol hueco rodeado por su manto cardenalicio.
Larsen (1998) lo calificó de «Paisaje cósmico que recuerda a Patinir».
La mitad superior está ocupada por un valle que forma una unión cromática entre el primer plano y el último.
Hay un lago en la parte izquierda, rodeado por colinas, que parecen pintadas con manchas de color.