Rosita Fornés

Allí permaneció la familia hasta que estalló la Guerra Civil en 1936, decidiendo entonces regresar a Cuba; embarcándose en el trasatlántico Manuel Arnús.

A bordo, es donde realiza su primera presentación en público, a los 13 años de edad, interpretando el tango Silencio en la noche de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, acompañada al piano por otra pasajera quien era una concertista santiaguera.

De allí surgieron muchísimos talentos que con el tiempo llegarían a convertirse en verdaderas estrellas nacionales.

Con el mismo grupo, participó en el coro y bailó en la contradanza en un montaje de la opereta cubana Cecilia Valdés, del compositor Gonzalo Roig, en el Teatro Nacional (hoy Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana).

Su debut cinematográfico fue en 1939 en el film de Ramón Peón Una aventura peligrosa, cantando por primera vez una canción cubana ("Intrusa", compuesta por Ramiro Bonachea) para esta película.

La primera actuación profesional la hizo en el Teatro Nacional, contratada por el empresario artístico Heliodoro García, para cantar junto a los Chavalillos Sevillanos; este empresario sería igualmente quien la llevaría al cabaret Sans Souci, donde se presentó durante seis meses.

El maestro igualmente la llevó a participar en un show con su música al desaparecido Casino Nacional, donde interpretó por vez primera dos de sus temas: Siboney y Siempre en mi corazón.

Paralelamente a su labor teatral, continuó presentándose en radio —contratada con espacios fijos— ya fuera en CMQ, COCO o en RHC Cadena Azul.

La crítica unánimemente advirtió en la joven, aptitudes capaces de abrirle otros horizontes bajo una buena dirección.

Pero ella no se conformó solamente con la vertiente lírica; quiso además hacer teatro dramático.

Al mismo tiempo, continúa trabajando en la radio mexicana e interviene en cinco películas: Se acabaron las mujeres (1946), La carne manda (1947), Cara sucia (1948), Mujeres de teatro (1951) y Del can can al mambo (1951).

Fue tanto el éxito de la compañía, que fue menester contratar a una figura que pudiera alternar con ella; entraron entonces la soprano española Pepita Embill y su esposo, el barítono Plácido Domingo Ferrer, padres del tenor Plácido Domingo.

Su debut televisivo lo hizo en el espacio Gran Teatro Esso en CMQ-TV con la opereta La casta Susana, bajo la dirección musical del maestro Gonzalo Roig y nuevamente reunida con Antonio Palacios, Miguel de Grandy, Maruja González y los Martínez Casado.

En la Televisión Cubana, Rosita logró consolidar su carrera a través de este medio que la mantuvo hasta su fallecimiento.

Ante las cámaras interpretó: dramas, revistas musicales, operetas, zarzuelas, comedias y un amplio repertorio de canciones.

Largas temporadas en las que estelarizó espacios fijos, otras veces en apariciones esporádicas, pero siempre contando con el beneplácito de la teleaudiencia, que les hizo merecedores junto a Armando Bianchi (su segundo y último esposo) del título de Miss y Mister Televisión 1953.

Se reponen Las Leandras, junto a Rolando Ochoa; Los gavilanes, La verbena de la Paloma, La Revoltosa, Luisa Fernanda, La duquesa del Bal-Tabarin; zarzuelas y operetas que Antonio Palacios y Miguel de Grandy dirigieron nuevamente para ella.

Intervino también en cuatro coproducciones con los estudios fílmicos mexicanos: Piel canela (1953), donde coincidió con la futura estrella Sarita Montiel; Tin Tan en La Habana o El mariachi desconocido (1953); Hotel Tropical o Me gustan todas (1954) y No me olvides nunca (1956).

Pero su fuerte fue la TV, espacios fijos como, Video-Revista La Corona, La canción cuenta su historia y Mi esposo favorito” (Joaquín M. Condall) —inspirado en la comedia estadounidense I love Lucy— que se mantuvo varios años en el aire, siempre de pareja con Bianchi.

Pero además se presentaría esporádicamente en espacios como: “San Nicolás del Peladero”, “Recital”, “Juntos a las 9”, “La Revista del Domingo”, “Saludos Amigos”, “En compañía de …”, “Mañana es Domingo”, “Café”, “Bienvenida la música”, “Contacto”, “La noche se mueve”, “Para no salir de casa”, entre muchos otros.

En 1966 encabezó la producción musical “Variedades de La Habana”, que se presentó en la URSS, Hungría, Bulgaria y Rumania.

Ese mismo año, participó como promotora del disco cubano en el Festival Orfeo de Oro (Bulgaria).

Allí se presenta en TV (Canal 13) donde realiza un especial musical; protagonizó “Las cartas boca abajo” (Buero Vallejo); interviene en el espacio “Sábados con Saldaña” y hace temporada en el Teatro Blanquita del distrito federal.

Volvió en 1987, para rodar una breve participación en “Hoy como ayer” o “El bárbaro del ritmo” y actuar en TV; en 1990, presentando el unipersonal “Reencuentro con México” (“Ser Artista”) (A. Menéndez) (Teatro de la Ciudad); en 1993, con la obra de Milían, Para matar a Carmen y en el 2000 viaja a Veracruz, para presentarse en la primera edición del Festival dedicado a la figura de Agustín Lara.

No la llamaron hasta 1983; pero con “Se Permuta” pudo demostrarle a los olvidadizos y escépticos quien era; la película logró un rotundo éxito.

En 1996 se le realizó su primer documental biográfico “Rosita Fornés, mis tres vidas”, producción de José A. Jiménez, dirigido por Luis O. Deulofeu.

[1]​[2]​[4]​ Según explicó su representante y yerno, José Antonio Jiménez, la vedette no respondía al tratamiento que le estaban administrando en el hospital desde el día anterior a su fallecimiento.

Recibe La Charola de plata en México, 1984- otorgada por la Delegación Benito Juárez y el distrito federal como "artista del pueblo".

Rosita Fornés- Diseño Matías Argudín