Aragonés medieval
También se llama "aragonés medieval" a la forma de escribir esta lengua, la cual no representaba todos los caracteres del habla popular.Sin embargo, para este concepto existe un término más específico, el de scripta medieval aragonesa, que era la forma del romance aragonés medieval que se utilizaba en los documentos y textos oficiales de la Edad Media.Así, se pasó a no representar apenas dialectalismos y localismos en los textos escritos.A nivel popular, el léxico aragonés primitivo fosiliza en los aspectos relacionados con la agricultura, la ganadería y la artesanía locales.La -ch- refleja castellanización, pero también podría tener relación con el flujo cotidiano de gascones y occitanos hacia el Valle del Ebro.[2] Según Bernard Pottier, el grupo -it- se castellaniza entre 1468–1480 en textos cultos u oficiales, porque en estos textos que estudia encuentra las palabras con fonética aragonesa primitiva feito, dito, leitera, peitos, dreito, ueito, bueito hasta 1478, y las formas con -ch- son posteriores a 1469.Desde el siglo XI se atestigua la confusión de las africadas alveolares sonora (z) y sorda (representada por ç) en el alfabeto latino.En textos aljamiados como el Poema de Yuçuf también vemos confusiones entre las letras zāi y çin en la versión tardana B.La evolución de las consonantes en las sílabas latinas IA, IO, IU, GE, GI, produjo un fonema prepalatal africado que ya era sordo en el siglo XII, neutralizándose con el fonema prepalatal africado sordo hoy representado por ch.Manuel Alvar ya cita casos de estar escrito ch (Belchit, Marchant) en los elementos romances del latín notarial aragonés.En los textos latinos los artículos romances que encontramos son: En los textos romances hay casos de lo, o, os, a, as, en topónimos, etc., pero en general predomina el mismo artículo que en castellano, y las mismas formas contractas del sistema: Destaca el hecho, presente también en catalán y en castellano medieval, del uso de la combinación "artículo + posesivo + sustantivo" (en la mía fin, con la nuestra senyal, a la suya cambra).Los plurales suelen presentarse con la forma coincidente con el castellano medieval en los textos romances, pero hay muchas excepciones, como podemos ver en la Crónica de San Juan de la Peña: A veces, estas excepciones son topónimos: Vemos numerales cardinales que todavía existen en las variedades orientales y centro-orientales del idioma aragonés actual.