Por ello la denominación patués debe ser evitada dado que históricamente se relaciona con la marginación cultural y un bajo nivel educativo.
Las localidades incluidas son:Abi, Barbaruens, Seira, Benasque, Cerler, Anciles, Eriste, Sahún, Chía, Castejón de Sos, El Run, Bisaurri, Renanué, Urmella, Villanova, Sesué, Eresué, Ramastué, Sos, Liri, Arasán, La Muria, San Feliu de Veri y San Martín de Veri.
Esa posición especial hace que algunos lingüistas se hayan inclinado por considerar que forma parte del catalán, aunque la opinión mayoritaria es considerarlo dentro del aragonés, eso sí, ocupando una posición de transición entre ambos.
La acentuación sigue más o menos las mismas normas, aunque el acento puede tener función diacrítica en casos que el aragonés general no existe: mai-mái (nunca), mon-món (mundo).
Esto curioso hecho se debe a que fue bastante común en aragonés desde el valle de Tena hasta la Ribagorza.
Los verbos frecuentativos hacen infinitivos acabados en -iá(r) (babiá, rebitiá), pero en las formas personales de present acentuadas en la raíz aparecen los incrementos en -ey-, igual que en belsetano.
Ballarín documentó en 1978 (mira-te com babeye ixe llimaco, coixeye porque ye despeau).
Los días de la semana tienen restos más conservativos que en aragonés general, pero también pueden tener influencia catalana: lluns, martz, mierques, chous, viernes, sapte y dimenche/dumenche/demenche.