La Revolución Cultural, conocida también como la Gran Revolución Cultural Proletaria (en chino simplificado: 无产阶级文化大革命, en chino tradicional: 無產階級文化大革命, en pinyin: wúchǎn jiējí wénhuà dà gémìng, habitualmente abreviada como 文化大革命, wénhuà dà gémìng, literalmente Gran Revolución Cultural), fue un movimiento sociopolítico que acaeció en China desde 1966 hasta 1976.
En la cúpula, condujo a una purga masiva de altos funcionarios, en particular Liu Shaoqi y Deng Xiaoping.
Tanto Lin Biao como Jiang Qing se servirían del prestigio de Mao para atacar a los otros dirigentes del partido y promover así sus propias aspiraciones a la sucesión en el poder.
Mientras Lin Biao alentaba el culto a la personalidad hacia la figura de Mao, su esposa Jiang Qing, antigua actriz implicada en la vida cultural del país, promovía la defensa de los ideales revolucionarios en la producción artística.
[34] Posteriormente, comenzó una matanza masiva en Beijing y el terror rojo se extendió rápidamente a otras áreas de China.
[34] La fiebre revolucionaria barrió el país por completo, y los Guardias Rojos actuaron como sus guerreros más prominentes.
[45] En octubre, Mao convocó una "Conferencia Central de Trabajo", esencialmente para convencer a los dirigentes del partido que todavía no habían adoptado la ideología revolucionaria.
Una de las muchas citas en el Libro Rojo que los Guardias Rojos seguirían más tarde como guía, proporcionada por Mao, era "el mundo es vuestro, así como nuestro, pero en última instancia, es vuestro.
De una manera sorprendente, que nadie habría podido prever tras el fracaso del Gran Salto Adelante, cuando toda la cúpula del partido se había puesto en su contra, Mao volvía a ser el líder indiscutible.
Las actividades de propaganda se extendieron y los ataques a Liu Shaoqi, apodado el «Jrushchov de China», y a Deng Xiaoping se hicieron cada vez más intensos.
La educación quedó paralizada, y los guardias rojos, organizados a través de comités revolucionarios repartidos por toda la República Popular China, imponían su ley castigando a todos aquellos que habían sido acusados de derechistas o revisionistas.
Los incidentes y desórdenes generalizados sorprendieron al propio Mao, que veía cómo la situación se le escapaba de las manos.
Su habilidad negociadora le permitió mediar entre los guardias rojos, cuyos excesos criticó, y el ejército.
El comité revolucionario envió a hacer una réplica del mango en cera y la exhibió como pieza central en la fábrica.
[51] La fruta fue repartida entre todas las instituciones que habían sido parte del equipo de propaganda, y se organizaron largas procesiones en apoyo al zhengui lipin ("precioso don"), como se denominó a los mangos.
El Congreso daba por concluida la Gran Revolución Cultural Proletaria, presentada como un gran éxito del pueblo chino que, gracias al liderazgo de Mao, había vencido a los revisionistas y contrarrevolucionarios que habían puesto en peligro la pureza ideológica del sistema.
Las consecuencias de la Revolución Cultural se dejarían sentir durante mucho tiempo, y las luchas por el poder continuarían en los años siguientes.
Mao, sin embargo, se negaba a ocupar la presidencia y defendía la abolición del cargo.
La versión oficial afirma que Lin Biao, junto a dos de sus hijos y seis hombres más, intentó escapar hacia la Unión Soviética después de que sus planes fueran descubiertos.
[59] El programa desmanteló gradualmente las políticas maoístas asociadas con la Revolución Cultural, rehabilitó a millones de víctimas que fueron perseguidas durante la Revolución, inició varias reformas sociopolíticas y devolvió el país al orden de manera sistemática.
El estado de los registros demográficos chinos en ese momento también era muy pobre, y el Partido Comunista Chino se ha mostrado reacio a permitir la investigación formal de este período.
[82][85][86] Ciertos documentos del Partido Comunista de China han revelado que 237,000 personas fueron asesinadas y otras 7,030,000 resultaron heridas o discapacitadas permanentemente.
Los jóvenes de las ciudades fueron trasladados por la fuerza al campo, donde se vieron obligados a abandonar todas las formas de educación estándar para ser sustituidas por las enseñanzas propagandísticas del Partido Comunista Chino.
[89] Algunas personas no pudieron soportar la tortura y, perdiendo la esperanza en el futuro, se suicidaron.
Liu Shaoqi falleció en una prisión de Kaifeng, supuestamente porque se le negó la medicación para la diabetes.
En este sentido, muchas de las diferencias culturales que se perciben en la actualidad entre la China continental y las sociedades chinas de Taiwán, Hong Kong y Macao tienen sus raíces precisamente en la Revolución Cultural, cuyos efectos se han prolongado hasta nuestros días.
La Revolución Cultural llevó al sistema educativo de China a un parón virtual durante un tiempo.
[93] La generación entera de individuos afligidos precariamente cualificados es comúnmente denominada en Occidente al igual que en China como la 'generación perdida'.
La persecución religiosa se intensificó durante este período, debido a que la religión fue vista como una oposición al pensamiento marxista-leninista y maoísta.
[99] El símbolo más prominente de la investigación académica en arqueología, la revista Kaogu, no se publicó durante la Revolución Cultural.