En paralelo a esta defensa de una lengua nacional más cercana al lenguaje cotidiano, hubo también intelectuales que adoptaron una postura aún más radical, defendiendo que el mismísimo sistema de escritura debía ser abolido o reformado.Algunos, como el escritor Lu Xun, llegaron a proponer la adopción del alfabeto latino para el idioma chino.Esta segunda razón es tal vez la más importante, pues en vietnamita y en coreano, los otros dos idiomas que se escribían (en aquel entonces) con caracteres chinos, el uso de los caracteres fue abolido, casi en su totalidad, a lo largo del siglo XX.A este proceso se le ha llamado simplificación de los caracteres chinos (漢字簡化/汉字简化, hànzì jiǎnhuà).En esa lista se encontraban ya algunas formas populares de caracteres que serían adoptadas de nuevo por la República Popular China años más tarde (como 个 por 個, o 还 por 還, por ejemplo).De hecho, se suele decir que había quienes veían la simplificación como una fase provisional previa a la adopción del alfabeto latino con el sistema hànyǔ pīnyīn.Para desarrollar una escritura romanizada, los reformadores chinos han estudiado los problemas que acarrearía incluyendo en materia de las ligaduras, participios y homófonos sobre la base del esquema del Sistema Hanyu Pinyin.