[2] El agua permanece sobre los albardones de la superficie protegida sólo algunas horas, actuando como aportes extras a la precipitación y manteniendo el subsuelo con agua dulce siempre disponible para las raíces de las leñosas.
[4] Las precipitaciones anuales totalizan alrededor de 1040 mm,[5] estando repartidas especialmente entre los meses cálidos.
[10] Las tierras pasaron luego a la familia Ximenez, y en 1850 a Simón Pereyra, quien formó en la zona el establecimiento denominado estancia “San Juan”, el cual se escrituró recién en 1878 a favor de Leonardo Pereyra Iraola (hijo de Simón, ya fallecido), y al morir este fue repartida entre sus hijos.
[11] Al siguiente año la misma pasaría a la sinonímia de Anisolepis undulatus.
En mayo de 1913, Martín Doello Jurado publica un trabajo donde establece la primera propuesta para conservar la zona como una reserva natural.
[13] Al año siguiente Doello Jurado vuelve a describir el área y la necesidad de su protección en una nueva publicación.
Comenzó a ser abierta en el año 1986 por intermedio de las visitas educativas.
[23] Esta selva marginal pertenecen al distrito fitogeográfico de las selvas mixtas de la provincia fitogeográfica paranaense, y sus especies descienden por las galerías selváticas que bordean al río Uruguay, y en mucha menor medida el río Paraná.
Allí destaca uno de los elementos florísticos más importantes, los cañaverales de yatevó o tacuara brava (Guadua trinii), siendo este el lugar con bambúes más meridional en la vertiente Atlántica americana.
Son abundantes las malvas (Pavonia malvaceae), y el tala gateador (Celtis iguanaea), así como cerca 25 especies de helechos,[24] los que se desarrollan sobre el sustrato o troncos caídos.
Estos pantanos están fuertemente invadidos por una especie ornamental exótica: el lirio amarillo (Iris pseudacorus).
Se accede al centro operativo siempre transitando la avenida costanera Almirante Brown (ruta provincial N° 11).
costanera A. Brown también se puede llegar desde el noroeste, partiendo de la ciudad de Villa Elisa, a través del llamado “Camino Negro” (la ex ruta provincial N° 19); esta carretera (con pavimento en muy mal estado) atraviesa 8 km dentro de la reserva, permitiendo conocer primero los pastizales pampeanos, luego pajonales, bosques ribereños y selvas marginales, hasta terminar en la ribera del Plata, en el paraje Boca Cerrada.
Desde allí se dobla hacia la derecha alcanzando el centro operativo luego de 1800 metros.
Es ideal para paseos recreativos, o para avistar aves, plantas, insectos, y naturaleza en general.