Los especialistas dividen a los cuerpos acuáticos continentales del planeta en 7 zonas ecológicas principales, que contienen la totalidad de las ecorregiones de agua dulce, aunque el número total varía según los autores.
Estos límites generalmente siguen las fronteras continentales, o barreras principales en la distribución de plantas y animales.
Es por ello que están sujetos a un mayor desacuerdo, aunque suelen concordar con una o varias cuencas hidrográficas.
[1] La biodiversidad no se distribuye uniformemente en toda la Tierra, sigue patrones complejos determinados por el clima, la topografía, y la historia evolutiva del planeta.
Desde el siglo XIX se intenta clasificar los ecosistemas presentes en todo el mundo,[2] y son numerosos los científicos que han propuesto distintos sistemas.
[9] En muchos casos, estos enfoques divergentes fueron compatibles, dado el estrecho vínculo entre la diversidad biológica y los factores subyacentes abióticos.
Estos reflejan la gran diversidad de organismos adaptados a la vida en el medio acuático continental.
[12][13] Faunas adaptadas a altos regímenes de flujo se presentan en muchos grandes ríos del planeta, por ejemplo el Yangtze, Colorado, Mississippi inferior y río Congo.
Estos sistemas fluviales finalmente son los que alimentan a un buen número de los ríos más grandes y ricos del mundo.
Complejos deltaicos de varios grandes ríos de regiones templadas y polares están identificados, incluyendo la Mesopotamia asiática, el delta del río Volga, y el delta del río Lena.
El Níger, el más extenso delta fluvial en África, se caracteriza por una gran riqueza de especies.