Debido a las conexiones políticas, culturales e históricas entre ambas naciones, sus relaciones son muy buenas y amistosas.
Son también miembros del BERD, la BIPM, la CEI, la CEPAL, la CEPE, la COPANT, la Fundación EU-LAC, el G6, el G12, el G20, la OCDE, la ONU y la OTAN.
[7] El reconocimiento encontró la oposición de la reina Isabel II influida por las posturas del papa Pío IX.
[11] Con frecuencia, las relaciones durante este período quedaban inmersas en un triángulo diplomático entre España, Francia e Italia.
[12] No obstante, la firma del acuerdo dio pie en cualquier caso a una «luna de miel» diplomática entre ambos regímenes.
En febrero de 1941, en plena guerra mundial, tuvo lugar el encuentro entre Mussolini y Franco en Bordighera, en el que el Duce pediría al dictador español su adhesión a las potencias del Eje.
Sin embargo, desde España se rechazaron los acercamientos para mantener un equilibrio con sendos países y con el resto de potencias beligerantes en la Segunda Guerra Mundial.
Las relaciones bilaterales entre ambos países son muy estrechas, tanto por los vínculos históricos que los unen como por la pertenencia a la UE.
[24] Por otra parte, la marca italoespañola Iryo realiza trayectos en servicios ferroviarios de alta velocidad ibérica.