Su fama lo llevó a la corte española, donde fue elogiado por el rey tras ver el talento que tenía el lombardo por aquellos años.
Hijo del también escultor Leone Leoni, con el que colaboró al servicio de la familia real española.
A pesar de las acusaciones de los más conservadores, Carlos V reduce su condena a seis meses, esto se debe al gran interés del monarca por las suntuosas obras del artista.
Leoni viajó a Valencia en 1568, aunque no le sirvió de mucho, ya que en septiembre del año siguiente Juan de Lugano fallecería, cerrando finalmente el trato entre estos dos negociantes.
En esta ocasión, introduciendo la novedad de que las figuras serían fundidas por vez primera en España.