La oferta fue hecha por primera vez por el Secretario Colonial Británico Joseph Chamberlain al grupo sionista de Theodor Herzl en 1903.
Sin embargo, los observadores encontraron una tierra peligrosa llena de leones y otras criaturas.
Después de recibir este informe, el Congreso decidió en 1905 declinar cortésmente la oferta británica.
[2] La idea era crear una nueva "Sion soviética", donde una cultura judía proletaria pudiera surgir.
[2] Políticamente hablando, era considerado deseable crear una patria judía dentro de la URSS como una alternativa al sionismo y a la teoría propuesta por sionistas socialistas como Dov Ber Borojov, que afirmaba que la "cuestión judía" se podía resolver creando un territorio judío en Palestina.
Tras la Segunda Guerra Mundial, resurgió la idea de crear en Birobidján un posible hogar para los refugiados judíos.
Para ese entonces la población judía de la región creció hasta alcanzar casi la tercera parte del total.
Como la victoria en Francia era inminente, estaba claro que todas las colonias francesas pronto estarían bajo control alemán, y el Plan Madagascar podría realizarse.
En respuesta a Mekelberg, afirmando que «Necesitamos justicia para todos, y les diré dónde ...», Tamimi declaró: «¿Justicia?
Hamás, como todos los palestinos, se niega a pagar por los criminales que perpetraron el Holocausto, pero Israel es una realidad y por eso Hamás está dispuesto a tratar con esa realidad de una manera compatible con sus principios».
[24] Ahmadinejad añadió: Este comentario fue recibido con indignación por parte de los países occidentales y las Naciones Unidas.
Tales propuestas para eliminar judíos de Israel/Palestina (o, al menos, reclamar otro territorio como una patria mejor para el pueblo judío que Israel) han sido criticadas como contradictorias tanto del derecho a la autodeterminación como de los derechos territoriales indígenas.
Además, las sugerencias o demandas para que los judíos vuelvan a Europa central se consideran implícitamente dirigidas o minimizando la historia de la intolerancia contra los judíos asquenazíes en Europa Central (incluyendo, entre otros eventos, la Solución Final promulgada por el Partido Nazi Alemán).
Yoram Dori, en una columna publicada en el periódico israelí The Jerusalem Post, reprochó a Helen Thomas su deseo de «exiliarnos de regreso al infierno, como si nada hubiera sucedido hace 65 años en Europa, como si nuestras manos no estuvieran extendidas para la paz desde el establecimiento del estado».