Theodor Herzl abogó por un estado judío ya fuera en Palestina, "nuestro inolvidable hogar histórico", o en Argentina, "uno de los países más fértiles del mundo".
Pese al fuerte apoyo por parte de algunos líderes sionistas, la paz se mantuvo en el movimiento gracias a una maniobra parlamentaria, retrasando la votación para establecer un comité que investigara a fondo la posibilidad, que no fue finalmente rechazada hasta el 7º congreso sionista en 1905.
[1] En respuesta, la Jewish Territorialist Organization (Organización Territorialista Judía) dirigida por Israel Zangwill se separó del movimiento sionista.
Intentó localizar algún territorio viable para el asentamiento judío en América (por ejemplo Galveston), África, Asia, y Australia, sin ningún resultado.
Esta organización intentó, sin éxito, buscar la autonomía judía consiguiendo un gran territorio en zonas poco pobladas de Ecuador, Australia, o Surinam.