Para evitarse malentendidos «lo diferenciaré del término sincronismo, que constituye la mera simultaneidad de dos sucesos».
Cabe plantearse entonces si en términos muy generales existe no solo una posibilidad sino una realidad de sucesos acausales.
Si así se demostrara implicaría un principio acausal o conexión transversal de sentido.
Sin embargo, aun hallándose en la dirección pretendida, no ofrecían ninguna aplicación para una comprensión exacta.
[16] A tal efecto inicia Jung un recorrido histórico que se inicia en oriente y continua paralelamente en occidente, hasta que a lo largo del siglo XVIII se convirtió la causalidad en el principio exclusivo de las ciencias naturales.
[17] Establece Jung que su tratamiento del fenómeno no representa ninguna prueba definitiva sino mera conclusión desde determinadas premisas empíricas objeto de reflexión.
[22] Ante experiencias de inconsciencia donde paradójicamente permanecen procesos psíquicos conscientes cabrían darse etiológicamente dos posibilidades:[23] En conclusión, la clásica imagen física tríadica del mundo compuesta de espacio, tiempo y causalidad se convertiría en una tétrada o cuaternio al unírsele la sincronicidad.
Ello posibilitaría un juicio global que se aproximaría a un concepto unitario del ser eliminándose la incompatibilidad entre sujeto y objeto.
En psicología y ciencia cognitiva, el sesgo de confirmación es una tendencia a buscar o interpretar nueva información de manera que confirme las ideas preconcebidas propias y evite información e interpretaciones que contradigan creencias previas.
El sesgo de confirmación es relevante en la enseñanza del pensamiento crítico, pues este se ejecuta incorrectamente si un escrutinio crítico riguroso es aplicado sólo para evidenciar el desafío de una idea preconcebida, pero no para evidenciar lo que la apoya.
Si un momento sincrónico es reconocido con sensibilidad, tematizado e interpretado como tal, puede tener consecuencias positivas para la relación terapéutica y la terapia.