Sin embargo, las familias con la condición de remensa no se extendían por toda Cataluña sino que se concentraban en la Cataluña Vieja («Catalunya Veyla, dellá Lobregat», según la documentación de la época) que comprendían las diócesis de Barcelona, de Gerona y de Vich, mientras que serían prácticamente inexistentes en la Cataluña Nueva, al sur del río Llobregat, lo cual, según Jaume Vicens Vives es lógico, pues la Cataluña Vieja era «la región donde la influencia franca había sido más notable y duradera, y, en consecuencia, donde el régimen feudal había hallado su máximo desarrollo y la servidumbre en el campo sus características más peculiares».En la segunda mitad del siglo XIII el término remensa ya está consolidado tanto social como jurídicamente.Además en el Concilio Provincial de Tarragona celebrado en 1370 se prohibió que los campesinos remensas pudieran ser ordenados sacerdotes al considerarlos siervos, es decir, una mera «cosa» propiedad de su señor.[16] El objetivo del movimiento de emancipación remensa fue conseguir la libertad personal ―«todos los hombres apetecen la libertad que a cualquiera es otorgada por el derecho natural», se decía en una franquicia de 1335―[17], sin perder sus derechos sobre la tierra.En ese año los remensas se dirigen al monarca exponiéndole que «el tiempo de la servidumbre, o sea de pagar exorquia, intestia, cogucia y otros derechos ya había pasado».En este último sentido destaca Vicens el hecho de que en la comisión constituida por Martín I el Humano en Gerona en 1399 para devolver a la jurisdicción real aquellos señoríos que no estuvieran debidamente otorgados figuraran dos payeses de remensa.Las reuniones se realizarían bajo la presidencia de un oficial real que daría cobertura legal a la asamblea y también garantizaría su seguridad.Como ha destacado Jaume Vicens Vives, la autorización del sindicato remensa fue una media «decisiva, puesto que por primera vez la Corona daba carácter legal a las reivindicaciones de los payeses» y «asimismo, ofrecía la posibilidad de encauzarlas pacíficamente».Entonces los señores se aprestaron a defenderse «contra tan gran daño y perjuicio de todos».Este continuó con la política filoremensa lo que le enfrentó con los señores laicos y eclesiásticos de la Cataluña vieja también representados en las Cortes.La guerra acabó con la victoria del bando realista pero esto no supuso el fin del pleito remensa porque Juan II no lo abordó ya que muchos señores feudales también habían defendido su causa.La segunda guerra remensa tuvo lugar en el Principado de Cataluña entre 1484 y 1485.Los remensas rebeldes estuvieron encabezados por Pere Joan Sala, lugarteniente durante la primera guerra remensa de Francesc de Verntallat, quien en esta ocasión no se sumó a la revuelta y dirigió a los remensas moderados que buscaban una solución al conflicto por la mediación del rey Fernando II de Aragón.