Patronímico

El patronímico (del griego ático πατήρ, πατρός [patēr, patrós] ‘padre’ y del dórico y eólico ὄνυμα [ónyma] ‘nombre’ más el sufijo -ικός [-icós] ‘cualidad’, ‘relación’) es un nombre propio que designa ascendencia, filiación o linaje.Los apellidos patronímicos primitivos variaban en cada generación, cuando no coincidían los nombres de padre e hijo.[cita requerida] A partir de ese momento comienza un período en el que su empleo es muy errático, pero algunas familias empiezan a asociar de forma más o menos permanente sus apellidos con ciertos patronímicos y toponímicos.En muchas zonas de la península, pero especialmente en Álava y Navarra, perdura la combinación en el apellido del patronímico y toponímico, lo que se ha dado en llamar como apellido compuesto alavés dado su elevado porcentaje entre la población alavesa; por ejemplo «Martínez de Eulate».En el período de formación de las lenguas romances, y entre ellas el castellano, el nombre del padre en genitivo se habría vuelto el apellido del hijo;[nota 1]​ pero dicha transición ha sido tosca, ruda y arbitraria, por no decir iletrada en su mayoría, resultando en que nombres hispanorromanos como Munio acaben en los patronímicos Munizi o Munionis; Sanctius (o Sancio o Sango) resulta en Sancii, Sangizi y Sancionis.Finalmente, la desinencia <-iz>, que habría predominado, evolucionaría a <-ez>, quedando pocos sobrevivientes, entre los cuales Gomis, Ferrandiz, Llopis, Muñiz y Ruiz.En la documentación del País Vasco, son comunes los patronímicos terminados en -itz e -iz (Lopitz, Lopiz).Se le atribuye de manera habitual al idioma gótico (-*iks), pues es en los nombres visigodos donde podemos encontrar con mayor frecuencia esta terminación patronímica.Tal vez ese patronímico castellano -ez sea un auténtico préstamo lingüístico del euskera, posiblemente transmitido desde Navarra, pues la lengua castellana primitiva obtuvo numerosos préstamos del vascuence a través del Reino de Navarra, debido a la influencia que ejerció este reino entre los siglos IX y XI.El primer rey navarro Íñigo Íñiguez, también conocido como Íñigo Arista de Pamplona, fue el primer monarca ibérico en utilizar el patronímico -ez,[12]​[13]​ circunstancia que refuerza la teoría del origen vascuence del mismo.El nombre de su hijo, Gartzea Eneko, segundo rey de Pamplona, significa "Eneko el joven",[14]​ derivaría en García Íñiguez,[15]​ lo que indica que García e Íñigo provendrían del euskera.A menudo, cuando la persona era nueva en un pueblo, se empleaba el toponímico del lugar de donde venía o donde vivía, como Gallego, Castillo, Bergara, Aguirre ("lugar alto que domina un terreno"), Elizondo ("junto a la iglesia"); el antroponímico que describía alguna característica física, como Delgado, Rubio, Ochoa ("el lobo"); o se le conocía por su profesión, como Herrero, Cubero, Olaberria (herrero nuevo) o Salaberria (granjero nuevo).[19]​ [fuente cuestionable][20]​ Es posible considerar un origen godo ya que el hermano del primer rey de Asturias (Alfonso I) era conocido como Fruela Pérez y en aquel entonces el reino de Navarra no existía.Los sufijos estrictamente patronímicos son «"aitis"», «"ius"», «"unas"», «"onis"», «"enas"» e «"ynas"»: Kurtinaitis, Scarunas, Sabonis, Savenas.En la transcripción al inglés, «Mac» es el prefijo que se utiliza tanto para hombres como para mujeres, aunque puede abreviarse en «Mc»: así, los patronímicos gaélicos MacDhòmhnaill y NicDhòmhnaill aparecen en otras lenguas como MacDonald o McDonald.