Incursión Doolittle

Fue realizada por 80 combatientes liderados por el teniente coronel James H. Doolittle, distribuidos en dieciséis aviones, cada uno de ellos tripulados por cinco personas.Los dieciséis aviones debieron despegar desde el portaviones USS Hornet a 1100 km de Tokio, sabiendo que el combustible no sería suficiente para garantizar el aterrizaje en territorio seguro.El general George C. Marshall y su Estado Mayor Conjunto buscaron el plan que fuese la mejor alternativa para realizar esta iniciativa, lo cual resultaba en ese momento tremendamente difícil dado los escasos medios con que Estados Unidos contaba después del 7 de diciembre de 1941 en el área del Pacífico.La idea del plan vino de un oficial del arma de submarinos llamado Francis S. Low, el cual había visto que era factible operar con bombarderos embarcados en portaaviones; si estos portaaviones podían acercarse al Japón y enviar los bombarderos para un ataque aéreo sobre objetivos exclusivamente militares, se podría cumplir la misión.El general Arnold seleccionó al teniente coronel James H. Doolittle como el director de la operación.Después de un intenso entrenamiento con 24 aparatos, sólo se escogieron 16 tripulaciones para participar en la Incursión.Mientras transcurría el viaje, a los miembros participantes se les dieron clases de chino básico y además efectuaron ejercicios físicos.Yamamoto, a falta de radar, había dispuesto un perímetro defensivo alrededor del Japón, previendo un ataque por sorpresa.Este anillo se sostenía utilizando cruceros auxiliares y pequeñas embarcaciones pesqueras armadas, de gran autonomía, que recorrían diariamente el perímetro entre 1000 y 1600 kilómetros de la costa del Japón.Sin embargo, a las 7:30 se hizo presente en los radares la silueta de un barco patrulla, el Nitto Maru.Pronto estuvo en el horizonte; el crucero USS Nashville disparó una salva artillera pero el barco japonés cambió rápidamente de curso.La inteligencia japonesa no dio crédito al reporte del avión de exploración y desechó torpemente la información.Luego se alejaron en distintas direcciones para confundir al enemigo, no sin antes recibir un débil y poco eficaz fuego antiaéreo que aunque dañó un par de aparatos no consiguió derribar ninguno.[3]​ Cuando Yamamoto supo del bombardeo no podía dar crédito a las noticias, el impacto fue enorme.Yamamoto pensó que los aviones atacantes ahora identificados como B-25 Mitchell, no podían haber despegado de portaaviones o si lo habían hecho, estos no podrían volver por la imposibilidad de retomarlos.Cumplidas las misiones particulares, los aparatos se reunieron en algún punto cerca de la isla Kyushu.Ahora, Doolittle tenía que seguir sus cartas de navegación y encontrar por sí mismo donde aterrizar.El historiador James M. Scott ha estimado que unos 250.000 chinos fueron asesinados por los japoneses por ayudar a los pilotos estadounidenses.[1]​ Uno de los aviones, el n.º 8, comandado por Edward J. York, aterrizó en un campo cercano a Vladivostok, en la Unión Soviética, que por entonces estaba siendo invadida por Alemania en el frente occidental y había evitado entrar en guerra con Japón, para no dividir sus fuerzas.Ocho aviadores fueron hechos prisioneros por los japoneses y, se les obligó a firmar confesiones de crímenes contra civiles.Tres hombres más murieron a consecuencia de las heridas recibidas por los amerizajes o aterrizajes.
El teniente coronel James H. Doolittle .
B-25 despegando del USS Hornet .
El mayor Doolittle amarra unas medallas japonesas en una bomba, sobre la cubierta de vuelo del USS Hornet .
El patrullero japonés Nitto Maru antes de ser hundido por los estadounidenses.
La base naval de Yokosuka vista desde un B-25 durante la incursión.
Restos del B-25 de Doolittle en las montañas chinas.
Doolittle y su tripulación superviviente en China.