El Enterprise ganó 20 estrellas de batalla, siendo el buque estadounidense más laureado en la Segunda Guerra Mundial.
Ha sido el único barco perteneciente a otra flota diferente a la Royal Navy que ha ganado el Banderín del Almirantazgo británico, el premio más alto que otorga este organismo, en los más de 400 años desde su creación.
Algunos lo han etiquetado como el barco más glorioso y honorable en toda la historia naval de los Estados Unidos, rivalizando con la fragata del siglo XVIII USS Constitution por este título.
Dieciocho bombarderos SBD Dauntless de las escuadrillas VS-6 y VB-6 del Enterprise llegaron a Pearl Harbor durante el ataque y, aunque sorprendidos, inmediatamente entraron en acción en la defensa de la base naval.
El Enterprise también lanzó seis Grumman F4F Wildcat de la escuadrilla VF-6 tras el ataque pero cuatro fueron derribados por artillería antiaérea.
El 1 de febrero, la Task Force en la que se integraba, asaltó Kwajalein, Wotje, y Maloelap en las islas Marshall, hundiendo tres barcos, dañando ocho, y destruyendo numerosos aviones e instalaciones en tierra.
El Enterprise recibió sólo un daño menor durante el contraataque japonés y su grupo se retiró a Pearl Harbor.
Durante el siguiente mes el grupo del Enterprise patrulló por el océano Pacífico Central, atacando instalaciones enemigas en las islas Wake y Marcus, dirigiéndose luego a Pearl Harbor para recibir mejoras y reparaciones menores.
Cinco días después, el USS Enterprise zarpó hacia el Pacífico Sur para reforzar a la fuerza de portaaviones estadounidenses que operaban en el mar del Coral.
El 30 de mayo, la TF 17, con el contraalmirante Frank J. Fletcher al mando del portaaviones, todavía en reparaciones, USS Yorktown (CV-5), zarpó dirigiéndose al oeste de Pearl Harbor, con dos cruceros y seis destructores.
Se hicieron reparaciones de urgencia hasta conseguir que el portaaviones pudiera volver a Hawái por sus propios medios.
El Enterprise se dirigió nuevamente al Pacífico Sur para reunirse con el USS Hornet formando la TF 61.
Aunque las pérdidas americanas de un portaaviones y un destructor fueron más graves que las pérdidas japonesas (un crucero ligero), la batalla fue un éxito estratégico americano que sirvió para ganar tiempo y así poder reforzar Guadalcanal contra el siguiente ataque enemigo.
El Enterprise era ahora el único portaaviones operativo que los estadounidenses tenían en el Teatro del Pacífico.
Sobre la cabina de mando, la tripulación puso un cartel que decía: «Enterprise contra Japón».
A pesar de que destruyeron la mayor parte de los bombarderos bimotores enemigos no pudieron impedir que torpedos aéreos lanzados por los aviones japoneses hundieran el crucero pesado americano USS Chicago.
De nuevo hizo historia al ser el primer portaaviones estadounidense en lanzar un ataque nocturno guiado por radar.
Fue dañado levemente el 18 de marzo y regresó a Ulithi 6 días después para ser reparado.
El 5 de abril volvió al combate en Okinawa pero fue nuevamente dañado el día 11 por un avión suicida.