Espíritu Santo viene del nombre que le puso Quirós, cuyo nombre completo era Austrialia (sic) del Espíritu Santo,[2] en homenaje a la Casa de Austria, a la sazón reinante en España.
En el siglo XIX las compañías europeas, francesas y británicas, explotaron las riquezas de las islas, en especial la copra, y estabelcieron un condominio sobre las Nuevas Hébridas.
Espíritu Santo se destacó por la oposición a los misioneros extranjeros y el desarrollo de movimientos proféticos locales, que devinieron en cultos cargo.
La ciudad más importante de la isla, y segunda del archipiélago, Luganville; fue fundada durante este período.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la isla fue una base militar de los Estados Unidos.