Fue recibida positivamente tanto por la crítica como por el público y consiguió cierto éxito comercial.
Su jefe, Renfield (Roland Topor), le informa que un noble llamado Drácula, desea comprar una propiedad en Wismar.
A pesar de esta aterradora apariencia, Drácula se muestra como un anfitrión solícito y hospitalario.
El solitario conde queda fascinado por un pequeño retrato de Lucy que se le cae al joven mientras preparaban los papeles del negocio, y acepta inmediatamente comprar la propiedad ofrecida por Harker en Wismar.
Harker, horrorizado, descubre al conde durmiendo en un féretro, confirmándose así las sospechas de que Drácula es en realidad un vampiro.
Esa misma noche, el conde parte hacia Wismar llevando consigo varios ataúdes llenos de la tierra maldita que necesita para realizar su vampírico descanso.
Harker se encuentra atrapado en el castillo e intenta escapar a través de una ventana con una cuerda.
Para esto, atrae al vampiro a su dormitorio para que él beba su sangre, aunque le costará la vida.
Harker es visto por última vez marchando a lomos de su caballo, afirmando enigmáticamente que aún le queda mucho por hacer.
[9] Herzog considera el Nosferatu de Murnau la mejor película jamás hecha en Alemania.
Nosferatu: Phantom der Nacht fue una coproducción entre Werner Herzog Filmproduktion, Gaumont y ZDF (Zweites Deutsches Fernsehen).
Como era común en los 70 en Alemania fue rodada con un presupuesto mínimo y un equipo de sólo 16 personas.
Así pues, las escenas con diálogo se rodaron dos veces, una en alemán y otra en inglés.
No obstante algunos consideran que la versión en alemán es superior porque Kinski y Ganz pudieron interpretar mejor sus papeles en su lengua materna.
En especial se prestó una mayor atención a las emociones y la trágica soledad que sufría el Conde.