Nimio de Anquín

Finalizado éste comenzó a estudiar derecho y, luego, ciencias naturales en la Universidad de Córdoba, carreras en las que nunca se recibió.

Debido a su preocupación por los planteos epistemológicos centrales de Ernst Cassirer, se lo designó para participar de los cursos que éste, Albert Goerland y N. Sauer dictaban por aquella época en Hamburgo.

En el entorno académico, se lo reconoce por su actitud siempre bien predispuesta al diálogo y preparada para cualquier tipo de disputa cuando se le brindaba la oportunidad y cuando él lo considerase necesario.

[cita requerida] Un testimonio que para destacar es el que se relaciona con su vastísima biblioteca; gran parte de su capital económico De Anquín se lo destinó a sus libros.

En 1947, Anquín regresó a la facultad para enseñar, además de Lógica, Metafísica; y en 1948 participó en el congreso Suárez-Balmes en Barcelona.

Perspectivas para una filosofía del ser naciente), y una recensión al novelista medievalista del siglo XX, Martin Grabmann, en razón de su fallecimiento reciente, es decir, en el año que corría.

Dicha distinción se fundamenta específicamente en sus contribuciones sobre la compleja historia de los escritos del Stagirita y todos los aportes que se derivarían de ello en relación con los estudios aristotélicos más avanzados.

Ese año publica Mito y política de 1956, por lo que fue arrestado durante unos meses.

Analizando su existencia con cierta perspectiva espiritual bien podríamos concederle la paternidad de esta frase: En 1929 se relacionó con el Partido Fascista Argentino[15]​ y en 1934 se unió al Fascismo Argentino de Córdoba.

[16]​ Ya para 1939 la Unión Nacional Fascista había perdido toda fuerza de representatividad política.