Iglesia de San Jerónimo el Real

Del convento subsisten actualmente la iglesia, convertida en parroquia de san Jerónimo, y un claustro renacentista.

[1]​ Tras años de abandono durante los siglos XIX y XX, que lo habían llevado a un estado ruinoso, fue incorporado al Museo del Prado como parte de la ampliación diseñada por el arquitecto Rafael Moneo, para lo cual fue desmontado pieza a pieza y reconstruido en el mismo lugar.

Este monasterio de san Jerónimo se realizó en estilo gótico tardío con influencias renacentistas.

En 1878 se cedió el templo al arzobispado de Toledo (la diócesis de Madrid-Alcalá no se crearía hasta 1885), que emprendió nuevas reformas en las que el interior fue completamente remodelado, eliminándose las tribunas del siglo XVI.

[4]​ A finales del siglo XX, la iglesia y el vecino claustro contrastaban por su dispar estado de conservación.

Al barajarse la necesaria ampliación del vecino Museo del Prado, el Ministerio de Cultura desechó varias opciones y eligió como la más factible y menos traumática prolongar los espacios de la pinacoteca hacia los Jerónimos.

Estos bloques fueron numerados y trasladados para su limpieza a las afueras de la ciudad.

Se utilizó ladrillo rojo para las fachadas, a fin de que entonaran mejor con los edificios circundantes.

Fachada de la iglesia de San Jerónimo
Claustro de los Jerónimos, en la ampliación del Museo del Prado.
Ábside y torres.
Interior de la nave de San Jerónimo el Real